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Pablo I de Grecia

marzo 6, 2014 Lo Ultimo No hay comentarios

Atenas, 5 mar (EFE).- El rey Pablo I de Grecia, padre de la reina Sofía y de cuyo fallecimiento se cumplen este jueves el 50 aniversario, se convirtió en monarca de Grecia en los años cincuenta en un momento de extrema dificultad económica y social.

El menor de los tres hijos varones del rey Constantino I y la princesa Sofía de Prusia, Pablo I no estaba destinado a reinar, pero la repentina muerte de su hermano, el rey Jorge II, en 1947, lo elevó al trono de Grecia.

En aquel momento, Grecia era un país devastado por la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil, que bajo su mandato se estabilizó políticamente y empezó su desarrollo económico.

Los acontecimientos históricos le obligaron a exiliarse con su familia en diferentes ocasiones y a trabajar como mecánico en una fábrica de coches británica hasta que en 1935 pudo regresar a Grecia.

Tres años después contrajo matrimonio con la princesa Federica de Hannover en Atenas y ese mismo año nació Sofía, la reina de España, a la que siguieron Constantino e Irene ya en el último periodo de exilio en Sudáfrica, que la familia real puedo abandonar tras las elecciones griegas de 1946.

Tan solo un año después, en 1947, se proclamó rey después de que su hermano mayor Jorge II muriese de un ataque al corazón.

Pablo I reinó hasta 1964, cuando murió a consecuencia de una intervención quirúrgica para curar un cáncer de estómago y fue enterrado en el cementerio de Tatoi, palacio de verano de la familia real.

Le sucedió su hijo Constantino II, quien reinó hasta 1973, aunque los últimos siete años ya desde el exilio, pues la junta militar que instauró una dictadura en 1967 le expulsó del país, después de que el rey fracasara en una intentona de contragolpe militar.

Hasta la abolición de la monarquía en 1973, los coroneles instalaron un virrey, Yorgos Zoitakis, un general del Ejército.

Con la Junta derrocada y tras la restauración de un Gobierno civil en 1974, un referéndum nacional ratificó la voluntad de los griegos contra la restauración de la monarquía.

Desde que abandonó el trono, Constantino II se instaló en Londres pero no dejó de reivindicar su papel de monarca de Grecia, una exigencia que llevó hasta los tribunales después de que en 1994 el Gobierno de Andreas Papandreu nacionalizase las propiedades de la corona y le retirase el pasaporte griego.

El tribunal europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo le dio la razón y obligó al Ejecutivo heleno a pagarle una indemnización millonaria por todos los bienes expropiados, incluido el palacio de Tatoi, la residencia de verano de la monarquía griega, en cuyo camposanto descansan los restos de Pablo I y otros miembros de la familia real.

En diciembre de 2013, tras 46 años en el extranjero, Constantino y su esposa Ana María de Dinamarca vendieron su residencia londinense para instalarse de nuevo en Grecia, junto con su hijo mayor, Nicolás de Grecia, y la mujer de éste, Tatiana Blatnik. EFE

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