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Privatización de la electricidad, estrategia para el Gobierno y la oposición

julio 4, 2014 1 Política, Lo Ultimo No hay comentarios

Claudia Niubó.- Los trabajadores de la compañía eléctrica estatal DEI están en huelga desde la madrugada del miércoles contra la privatización parcial de la empresa. Para el Gobierno de Samarás, la operación es una condición de la troika de acreedores para recibir el primer billón de euros del último tramo del rescate. Por su parte, el principal partido en la oposición, el izquierdista Syriza, ha anunciado que impulsará un referéndum sobre esta cuestión, lo que le permitirá testar su capacidad de formar alianzas con otros partidos ante un futuro que no descarta el adelanto de unos elecciones generales.

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Alexis Tsipras, líder de Syriza | Claudia Niubó

La huelga del personal administrativo de las universidades, de los hospitales públicos, las protestas del personal de limpieza del Ministerio de Finanzas o la huelga de hambre de más de 4.000 presos no han logrado confrontar al Ejecutivo, formado por los conservadores Nueva Democracia y los socialdemócratas del Pasok, con la mayor fuerza opositora, Syriza, desde las elecciones europeas, regionales y municipales celebradas el pasado 25 de mayo.

La privatización de una “pequeña parte” -según palabras del primer ministro conservador, Andonis Samarás- de la Corporación Pública Energética es una de las seis acciones prioritarias que el Ejecutivo debe llevar a cabo durante el mes de julio para recibir el siguiente tramo del rescate de la troika de acreedores (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea).

No obstante, tal decisión ha levantado el enfrentamiento no solo de los sindicatos o la oposición, sino discrepancias en el seno del propio Gobierno. Aún así, los conflictos internos logran superarse y el Ejecutivo logra presentar el proyecto de ley al Parlamento esta misma semana.

Lo ocurrido a posteriori ha sido, en primer lugar, el anuncio del paro del suministro eléctrico desde la madrugada de este miércoles por parte de los trabajadores de la compañía. En segundo lugar, la oposición inmediata de Syriza, que aúna su apoyo al bando de los sindicalistas.

La estrategia de Syriza fue, en su inicio, una promesa electoral: volver a nacionalizar la Corporación si su líder, Alexis Tsirpas, resulta vencedor en unas próximas elecciones. A su vez, postularse del bando de los trabajadores ha sido, tal como han analizado algunos medios locales, un movimiento en positivo para mantener a la izquierda más unida, diluyendo las diferencias, algo que en el pasado ha supuesto un problema para la estabilidad del partido.

Sin embargo, Tsipras ha dado un paso más en el asunto, anunciando que impulsará un referéndum para frenar el proceso de privatización, vital para la supervivencia del actual Gobierno. “Sólo el pueblo griego tiene el poder de tomar una decisión así”, dijo Tsipras este miércoles. Mediante esta acción, Syriza puede aprovechar el creciente descontento de la población con la forma en que el Ejecutivo ha legislado, dejando de lado al Parlamento, y avanzar en la alianza con otros partidos para ganar aliados en un futuro.

El Gobierno no ha tardado en contraatacar acusando a Tsipras de incitar “deliberadamente a las reacciones” y de “beneficiar al país a través de la ruina”, según palabras de la portavoz del Ejecutivo, Sofía Voultepsi, quien además comentó que cualquier «sabotaje» a la economía griega se puede atribuir a Tsipras personalmente. “La responsabilidad recae en él absolutamente», sentenció Voultepsi.

La puesta en marcha del referéndum requiere, según el artículo 44 de la Constitución griega, de la firma de dos quintas partes del Parlamento, es decir, 120 diputados. Si se reúnen todas ellas, para que el plebiscito se lleve adelante hará falta el voto a favor de tres quintas partes del hemiciclo, 180 diputados.

Ante tales requisitos, Syriza ya se a puesto en marcha. Actualmente la formación cuenta con 71 diputados, por lo que necesita establecer lazos de alianzas con otros partidos en la oposición. Su líder ya ha anunciado la intención de ponerse en contacto en las próximas horas con los dirigentes del Partido Comunista griego (KKE), Griegos Independientes, la Izquierda Democrática (DIMAR) además de diputados independientes con el fin de recolectar las 120 firmas necesarias.

El Gobierno, mientras tanto, quiere aprovechar el levantamiento de  Syriza para presentarlo, una vez más, como un partido radical que busca la desestabilización del país. Pero además, en su discurso el Ejecutivo de Samarás ensalza la repercusión en la economía helena que la privatización de la Confederación tendría. En este sentido, defiende que aumentará la competencia en el mercado, los consumidores se beneficiarán de precios más bajos y asegura que ningún empleado perderá su puesto de trabajo. Además, ha garantizado que con el dinero que se recaude se saldará la deuda de la Corporación, actualmente de casi 5 millones de euros, y se invertirá en la red eléctrica de todo el país.

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