Escapadas de un día: Moni Kaisarianis y Monte Himeto
Linda Baseggio.- Existe un lugar mágico, a las afueras de la ciudad, en el que el tiempo parece haberse detenido, el arte se puede tocar con las manos y la naturaleza ha hecho las paces con el hombre. Si vivís en Atenas, como si pasáis por aquí en medio de un viaje, no os perdáis esta joya para entendedores: el Monasterio bizantino de Kaisariani.
Situado a escasos 5 kilómetros hacia el norte de Atenas, a este Monasterio del siglo XI, visitable solo por las mañanas, se puede llegar en coche, taxi o autobús: en los tres casos, la sugerencia es subir andando para dejarse abrazar por los aromas del bosque de cipreses, árboles autóctonos y flores que regala el verano ateniense.
Una vez cruzado el umbral de piedra, nos quedamos sin aliento: se abre delante de nuestros ojos el complejo del Monasterio y nos encontramos en la Edad Media. Alrededor de una corte central, embellecida por árboles y plantas de grandes hojas verdes, se encuentran las celdas de los monjes, las cocinas y el refectorio, las termas (que tomaban el agua de la cercana fuente de Kalopoula), la iglesia principal (katholikon) y la capilla dedicada a San Antonio, todo perfectamente conservado y visitable. Los frescos de los edificios religiosos son preciosos, brillantes y vívidos, pero las sorpresas no acaban allí.
Saliendo del Monasterio y siguiendo un sendero que sube un poco a mano izquierda, nos acercamos a la Colina del Cementerio de los Padres o Frangomonastirio. Aquí se encuentran restos fantasmales de una iglesia del siglo X (tres paredes y el techo, no más) y también una iglesita dedicada a San Marcos.
Desde la explanada, rodeada de rocas y árboles, se ve toda la ciudad, hasta el Pireo y más allá, y la Acrópolis como un puntito blanco. Es el lugar perfecto para ir de picnic y muchos atenienses lo hacen. También es el punto de partida de muchas excursiones de senderismo alrededor del monte Himeto, de un par de horas de duración y de mediana dificultad. Es fundamental llevarse agua porque no hay ni una fuente de agua potable por el sendero, pero sí hay un kafeneio cerca de la fuente de Kalopoula.
Si, volviendo, se nos ha abierto el apetito, el barrio de Kaisariani ofrece, además de un trágico pasado (fue el barrio de Atenas donde más dura fue la represalia de los nazis en la II Guerra Mundial), un sabroso presente: psarotabernas, estiatoria y tsipouradika pelean en colores y aromas para llamar así al visitante hambriento.
Para pescado, Atenas Digital recomienda Ο Μπούσουλας (Ir. Politekniou, 85-87; tel. 2130043324), donde se puede comer rico -por ejemplo el pulpo a la brasa- y barato en un ambiente cuidado, limpio y marinero. Abierto desde mediodía hasta bien entrada la noche, el precio medio es de 15 euros por persona con tsípouro.
Para carnes, sobre todo si lo que se busca es el ambiente, Το Κουτούκι του Καλλινικού ( Ir. Politekniou, 109-111; tel. 210 7235107), una taberna famosa por sus platos muy abundantes y por las imágenes de cine griego en las paredes. Abierto desde las 13.00 horas hasta la noche, el precio medio es de 15 euros por persona.
Moni Kaisarianis:
Horarios: de 08.45 a 14.45 horas, de martes a domingo
Precio: 2 euros
Info: 210 723 6619
Bus: 224. Consultar horarios aquí: www.oasa.gr
¡Gracias, Linda! Me habían comentado que se podía visitar el monasterio, pero hasta ahora no había dado con la información sobre cómo llegar, los horarios, etc.
¡Gracias a ti, Marcos! El monasterio es un auténtico oasis de paz, donde puedes respirar tranquilo y sentirte en comunión con la naturaleza. Un privilegio, en Atenas…