Razones para viajar a Grecia en otoño
Linda Baseggio.- Pasado el verano, la mayoría de los turistas vuelve a sus países pero algunos se organizan para aprovechar de las ocasiones que la naturaleza, el bolsillo y las vacaciones otoñales ofrecen. En Grecia, por ejemplo. Aquí van cinco razones (con cinco palabras griegas específicas para ello) para no descartar unas vacaciones de otoño en “el caribe de Europa”.
1. meteorología: basta con ojear las previsiones meteorológicas europeas para darnos cuenta de que Grecia es un paraíso climatológico. En estos días en los que las principales capitales europeas están sometidas a perturbaciones atlánticas y vientos siberianos, nieblas y bajadas de temperaturas, la península helénica y su capital garantizan cielos despejados y temperaturas más que dignas. Y es sabido que, en otoño, en Grecia se goza de un segundo verano con las ventajas de la bajada drástica del número de turistas y de la disminución de los precios.
2. economía: si la media de ahorro para las vacaciones en otoño es de un 30%, puede llegar hasta al 50% en algunos casos. Eso sí, compensa informarse con tiempo para evitar sorpresas como establecimientos cerrados, falta de medios de transporte (barcos in primis), ausencia de seguro de las motos de alquiler en temporada baja, etc.
3. talasoterapia: quien se baña en el mar en verano tiene menos probabilidades de enfermarse en invierno y esta regla vale también en otoño. Respirar el aire del mar, además, es ideal para las personas que padecen alergias, dolores de garganta o infecciones de las vías respiratorias, molestias típicas de los que viven en las grandes ciudades contaminadas o se dedican a trabajos que conllevan esfuerzo fonatorio (como los docentes). Y, si el tiempo ayuda, pasear en la orilla mejora la circulación de los artos inferiores y levanta el espíritu.
4. gastronomía: la cocina griega es riquísima en sabores y texturas, extremadamente variada pero a la vez sencilla, ideal tanto para los que aman los platos de carnes como para los que prefieren pescado y marisco; los vegetarianos no tendrán ningún problema en encontrar platos típicos solo de verduras y los amantes de los dulces no sabrán qué elegir. Y todo sin perder de vista la relación calidad-precio, con la posibilidad de cenar viendo la Acrópolis iluminada.
5. nostalgia: hay quien va a Grecia porque nunca ha ido y quien ya ha ido y se muere por volver; hay quien va porque sus padres le contaron cosas maravillosas y quien va porque le parece siempre haber estado, porque se encontraba Grecia en todos lados, desde la guardería hasta la publicidad del yogur. Hay quien va para estudiar y quien va para olvidar, quien se pierde y quien se vuelve a encontrar. Pero todos, absolutamente todos, vuelven a sus países con un dulce amago “dolor del regreso”.
Hola, soy argentina, de padres griegos y ya visité Grecia pero en abril /2017 voy a ir a Salónica para recorrer el norte
ya que en otros viajes no llegué a hacerlo. Estoy «tratando»de estudiar griego en la Fundaciín Helénica de Buenos Aires
y quiero volver a Grecia para ver si aprendo un poco más…Sí, yo también tengo nostalgia del ese país pero voy a tener que esperar hasta el año próximo(ja, ja)
¡Grecia es bella en las cuatro estaciones!