La quita de deuda griega es un fraude, dice el economista heleno Vatikiotis
Andrés Mourenza. Atenas, 4 mar (EFE).- La quita es «un fraude». Así de claro y tajante se muestra el economista Leonidas Vatikiotis, quien lidera un grupo de expertos que apuesta por una auditoría independiente de la deuda griega a fin de declarar cuál se debe pagar y cuál puede ser considerada «ilegítima» y no pagarse.
Si bien los partidos gobernantes y la opinión dominante entre los economistas es que el proceso de la quita de la deuda griega puede ayudar al país a hacer más sostenible su deuda, cada vez es mayor el número de sus opositores.De hecho, cuando el plan -conocido como Participación del Sector Privado (PSI)- se votó en el Parlamento, sólo fue apoyado por dos de los cinco partidos presentes y aún entre estos hubo una desbandada de varias decenas de diputados.La PSI significará la retirada de 107.000 millones de euros tenidos en su mayoría por inversores privados a través de un canje por títulos de valor depreciado, algo que en principio debería beneficiar a Grecia.
Sin embargo, Vatikiotis pone como ejemplo una simple cuenta matemática: el nuevo préstamo de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) supondrá 130.000 millones de euros, lo que a pesar de la quita de 107.000 millones arroja un saldo de 23.000 millones de euros adicionales, que se sumará al actual monto de la deuda griega, unos 360.000 millones de euros.
Este estudioso de la economía nacido en el Pireo en 1968, miembro del Grupo de Investigaciones Monetarias y Financieras de la Universidad de Londres y asesor del documental «Deudocracia», estrenado en internet el pasado año con gran éxito, representa una visión cada vez más extendida en Grecia, que rechaza que el acuerdo con la banca y Bruselas ayude a Grecia a salir del agujero.
En este sentido, recuerda que la mayor parte de este nuevo préstamo será dedicado precisamente a financiar el proceso de la quita y el resto quedará en una cuenta bloqueada y vigilada por la UE destinada sólo al pago de la deuda.
De los 130.000 millones del nuevo crédito, 30.000 millones de euros en dinero líquido serán utilizados como «incentivo» para la banca privada extranjera y al menos otros 35.000 millones se destinarán a recapitalizar los bancos griegos, a pesar de que según los cálculos del centro de investigaciones KEPE, las pérdidas de éstos no serán mucho mayores a 17.600 millones de euros.
«La mayor carga la soportarán los fondos de pensiones públicos de Grecia», que poseen unos 30.000 millones de euros y perderán unos 12.000 millones de euros, explica Vatikiotis.
El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, ha reconocido este punto y prometió que, como indemnización, se transferirán recursos públicos a estos fondos, algo que el economista griego considera insuficiente, pues asegura que se trata de propiedades cuyo valor inmobiliario decrece cada día.
El objetivo de la quita es hacer la deuda más sostenible reduciéndola hasta el 120,5 % del PIB en 2020, frente a más del 160 %) actual, un cálculo que Vatikiotis considera «ridículo» porque se basa en que la economía griega crecerá más del 2 % a partir del 2014 y el Estado tendrá superávit.
El reputado economista Nouriel Roubini también rechaza estos cálculos pues cree que «la medicina de la troika va a matar al paciente» y que a los años de recesión que vive Grecia, seguirán «otros cinco años de depresión», afirmó en una reciente conferencia en Atenas.
«Durante los años de rescate europeo hemos sufrido el mayor aumento de deuda de la historia, pasando del 115 % del PIB en 2009 a más del 160 %», critica Vatikiotis y denuncia que la deuda se ha convertido en una «bola de nieve», pues cuando no se puede pagar se refinancia contrayendo nuevos préstamos.
«Durante las dos últimas décadas, Grecia ha pagado por la deuda el doble del importe de la deuda en su nivel actual», apunta.
Sirva como ejemplo el presupuesto griego de este año -que muestra el economista a Efe durante la entrevista.
De sus 212.000 millones de euros, 87.000 millones van destinados a los servicios de deuda (vencimientos, intereses, mantenimiento…), mientras que partidas como Educación reciben sólo 5.000 millones de euros.
Otro de los problemas es que los nuevos bonos se emitirán bajo jurisdicción británica.
«Esto permitirá a los tenedores de la deuda reclamar propiedades del Estado griego en caso de impago de los bonos», denuncia a Efe Stavros Ligerós, analista del diario conservador Kathimerini.
Por ello, la ex ministra socialista Luka Katseli votó en contra de la PSI, pues considera que el acuerdo da derecho a los acreedores a confiscar las reservas de oro del Banco Central de Grecia.
Entonces, ¿para que servirá el proceso de la quita? «La PSI significa atrasar los vencimientos de la deuda por décadas, hasta 2042, y reducir los intereses que pagaremos por ella», aseguró Venizelos esta semana.
El problema, según Ligeros, es que con estos procesos de canje y nuevos préstamos se está convirtiendo una deuda anteriormente en manos privadas en una en manos de Estados y organismos de la UE, lo que «dificultará» futuras reestructuraciones, a pesar de que en su opinión volverán a ser necesarias.
Fuente texto: EFE
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