El Gobierno griego admite dificultad por la resistencia a ciertas reformas
Atenas, 14 mar (EFE).- El ministro portavoz del gobierno griego, Pantelis Kapsis, reconoció hoy que el Ejecutivo está teniendo «dificultad» en aplicar ciertas reformas por la «resistencia» al cambio de algunos de los afectados.
«Nos hallamos en el quinto año de recesión, algo que ningún país europeo ha experimentado desde la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de ello estamos logrando reducir el déficit fiscal y llevar a cabo reformas», afirmó Kapsis en un encuentro con periodistas internacionales.
«Estamos haciendo cosas, pero tenemos cierta dificultad para implementarlas por la resistencia de quienes deben aplicarlas», añadió.
Puso el ejemplo de las farmacias, cuyo horario fue liberalizado pero la Unión de Farmacéuticos bloqueó su aplicación, por lo que el gobierno tuvo que aprobar una nueva ley que permitiese saltarse el permiso de esta asociación profesional.
Lo mismo ha ocurrido con la liberalización del sector agrícola y la abolición de los convenios colectivos en las empresas -ahora se pueden cerrar convenios empresa por empresa y acuerdos entre empresario y trabajador-, a los que se opusieron vehementemente los sindicatos.
Kapsis achacó parte del descontento social a la influencia de ciertas profesiones que «han perdido privilegios» ante la opinión pública, como los farmacéuticos, abogados o periodistas.
Respecto al retraso en las privatizaciones, el ministro griego lo achacó a la mala salud del mercado, que impide lograr los precios deseados por los activos públicos puestos a la venta, y con las dificultades burocráticas de la ley griega a la privatización de la propiedad estatal.
Con todo, subrayó la importancia de la creación del Fondo de Registro de la Propiedad Pública, una entidad pública que se encargará de vender estas propiedades al sector privado.
Además, aseguró que «todas las entidades públicas han sido examinadas para hacer su trabajo más eficiente» y prometió que en dos semanas se habrá aprobado una nueva reforma de la Justicia.
Kapsis reconoció que la población griega está «sufriendo», así como los servicios sociales, que han visto su presupuesto drásticamente rebajado.
«Pero no tenemos más dinero para escuelas y hospitales», afirmó.
Sobre la pérdida de soberanía de su país, cuya economía está prácticamente intervenida por sus prestamistas (Unión Europea y Fondo Monetario Internacional) afirmó que «aunque se pueda decir que sus políticas son impuestas, son las que necesita el país».
«La alternativa hubiese sido la bancarrota, y luego hubiésemos tenido que aplicar las mismas medidas de austeridad y recortes, incluso de mayor calado», dijo.
Fuente texto: EFE
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