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La Fura llena el Palacio de la Música en estreno de Mahagonny en Atenas

marzo 14, 2012 3 Cultura, 8 Agenda, Teatro No hay comentarios

Andrés Mourenza. Atenas, 13 mar (EFE).- Las obras de Bertolt Brecht tienen una fuerza política capaz de revolucionar mentes y teatros y cobran un especial significado en un contexto de crisis económica, recortes sociales y recapitalizaciones bancarias, especialmente en Grecia.

En un país que se ha convertido en la imagen de la crisis de Europa, la representación de la ópera «Auge y caída de la ciudad de Mahagonny», una denuncia de los excesos de la sociedad del consumo y del capitalismo de casino, es especialmente simbólica.

Por ello -aunque no menos cierto que también por estar representado por un grupo de renombre mundial como ‘La Fura dels Baus’-, hoy el Megaro Musikís, el Palacio de la Música de Atenas, registró un lleno absoluto (2.000 espectadores), igual que sus otras dos próximas funciones (el 15 y el 17 de este mes) han colgado el cartel de «Todo vendido».

La obra ha sido una producida por el Teatro Real de Madrid y el Megaro Musikís como primer trabajo dentro del acuerdo de cooperación firmado por ambas instituciones con el objetivo de acercar las representaciones españolas a Grecia y viceversa, abaratando los costes.

De ahí que de los cantantes y actores del plantel que estrenó la obra en España y Rusia sólo se mantenga a tres en esta representación en Atenas, mientras que el resto de coros, actores y orquesta son locales.

La versión del Mahagonny de La Fura abunda en la esencia del libreto escrito por Brecht (con música de Kurt Weill), y se han simplificado los aspectos escénicos del texto original.

«A nivel formal utilizamos nuestro lenguaje, incluso el más primitivo de La Fura. Porque lo que hay en el escenario es básico: basura, mesas, sillas, colchones…», explica Alex Ollé, uno de los directores del grupo catalán.

Ha primado la «sugerencia» por encima de la «ilustratividad» de la obra, que en el texto original se desarrolla en una ciudad mientras que en la versión actual se desarrolla en un vertedero disfrazado a veces con las mesas de un bar, a veces con el césped de un campo de golf.

Los recios buscadores de oro de Alaska que van a caer a Mahagonny en la obra de Brecht visten ahora trajes de ejecutivo, mientras que las mujeres (y los hombres) objeto llegan envueltos en papel de celofán.

Igualmente, La Fura introduce a los anónimos trabajadores del servicio, grises y sin rostro, el proletariado que sustenta la diversión que es Mahagonny, la ciudad del «tragar, fornicar, boxear y chupar».

«Buena parte de nuestra existencia está construida sobre seres humanos a los que desechamos», explica la asistente de dirección Valentina Carrasco, y por ello a los residuos del vertedero sobre el que se edifica Mahagonny se añaden estos desechos humanos.

Pero el mensaje del texto de Brecht queda intacto y perenne a pesar del paso del tiempo en una obra en la que el personaje principal terminará siendo ejecutado por no poder pagar su deuda.

Así, cuando el mito de Mahagonny caiga, reivindicando «¡Libertad para los ricos! ¡Valentía contra los indefensos! ¡El fin de los convenios colectivos! ¡La inmunidad total!» y Jim (interpretado por Franco Farina) suba al patíbulo, constatará cómo todo ese chupar, boxear, fornicar y tragar estaba hecho sólo de espejismos.

Y que bajo el campo de golf sólo se escondía la mierda del vertedero.

Fuente texto: Andrés Mourenza. EFE

Fuente imágenes: Google Images

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