El entrenador Ernesto Valverde inaugura su primera gran muestra de fotografía
Andrés Mourenza. Atenas, 7 jun (EFE).- Cuando el mes pasado un periodista preguntó a Pep Guardiola qué opinaba de la marcha de Ernesto Valverde como entrenador del Olympiacos griego, el ya extécnico blaugrana respondió que los españoles recuperaban a un gran fotógrafo.
Y es que el exfutbolista del Espanyol y del Barcelona tiene una faceta artística poco conocida y que ahora sale a la luz con una exposición de fotos inaugurada esta semana en la galería Ileana Tounta, de Atenas.
«Tenía pensado que, cuando me retirase del fútbol como jugador, me dedicaría a la fotografía. Pero al final me hice entrenador», explica a Efe quien fuera técnico del Athletic Club y del Espanyol.
Mientras jugaba en Barcelona, con periquitos y culés, en las décadas de 1980 y 1990, el «Txingurri» (hormiga, en euskera) completó sus estudios en el Institut d’Estudis Fotografics de Catalunya (IEFC) y comenzó a publicar retratos de sus compañeros de plantel en varios diarios.
Su salto para debutar con su primera gran muestra abierta al público no ha sido fácil: hubieron de animarlo sus amistades más cercanas pues, tras el Valverde de trato jovial y cálido, hay un artista tímido.
Para este debut en el césped de la fotografía, Valverde ha elegido Grecia, un país que lo adora como entrenador (si excluimos a los seguidores del Panathinaikos, eterno rival del Olympiacos), ya que en sus tres años en el Olympiacos (2008-2009 y 2010-2012), ha conquistado cinco títulos.
«De Grecia me llevo recuerdos imborrables. La gente aquí me ha tratado muy bien», asegura.
Su periodo heleno ha sido un tiempo abonado para cultivar su arte dado que, alejado momentáneamente de su familia en España, Valverde buscó refugió en la fotografía.
Las que quizás son las instantáneas más interesantes son aquellas en que se entrecruzan el entrenador y el fotógrafo: los seguidores griegos enfervorecidos vistos desde el espacio estanco del autobús del equipo, o los policías anónimos que refuerzan ese sentimiento de separación entre el autocar y la afición.
También las melancólicas visiones de la ciudad ucraniana de Kharkiv (hogar del FC Metalist); estancias de hoteles vacías; el humo que emana del estadio solitario cuando todos se han ido después de una batalla campal…
Precisamente, una de las series de fotografías se ocupa del polémico encuentro entre Panathinaikos y Olympiacos del pasado 18 de marzo, que hubo de suspenderse en el minuto 83 con el marcador en 0-1 cuando estallaron violentos disturbios.
Como explica el escritor Bernardo Atxaga en el prólogo del libro «Medio Tiempo» (Ed. La Fábrica) que recoge las instantáneas de la exposición, son imágenes que «muestran un mundo que no es hogar, ni es casa, ni país, con espacios que son hoteles, aviones, autobuses, campos de fútbol, zonas turísticas y, en general, lugares solitarios o lugares en los que cualquier persona se sentiría sola».
El banco y negro que utiliza en la edición, Valverde trabaja fundamentalmente en formato digital, contribuye a esa sensación continua de melancolía.
Pero no sólo hay de eso en la obra de Valverde. Hay paisajes de viaje e instantáneas sociales, especialmente de Grecia.
Y están también los retratos, llenos de cariño, ternura e ironía, como los de su hija y su mujer, sus compañeros de equipo e incluso el vendedor callejero de sandwiches que proveía al Olympiacos.
La exposición «Medio Tiempo» podrá visitarse hasta el 30 de este mes en la galería Ileana Tounta, muy cerca del viejo estadio del Panathinaikos.
Los beneficios de la venta de las fotografías serán destinados a organizaciones de ayuda social que trabajan con los colectivos más afectados por la crisis económica de Grecia, que no ha pasado ni mucho menos desapercibida para el entrenador.
«En estos años he notado mucho el bajón en la situación de Grecia. Aunque por otro lado, no es tan diferente de lo que está pasando en España», explica.
Allá regresa. Como siempre, con el balón en la cabeza y la cámara en la mano.
Fuente texto: EFE
Fuente imágenes: Google Images