Vuelta al cole
Kaló Mina. Kaló fthinóporo (Buen mes. Buen Otoño). Estamos de vuelta.
El período vacacional ha terminado y los políticos retoman sus libros para ver si son capaces de superar los exámenes de septiembre.
Andonis Samarás ha cumplido con sus visitas con los líderes francés y alemán, con la intención de conseguir una prórroga de dos años a los objetivos fijados por la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo).
Mientras, Alemania confirmaba la existencia un grupo de trabajo dedicado a estudiar la salida de Grecia del euro. “No es sorprendente -dijo el portavoz del Ministerio de Finanzas, Martin Kotthaus- que el Ministerio de Finanzas se ocupe de la crisis de la deuda y hay un grupo de trabajo que estudia los diversos aspectos de la misma”.
La existencia de este grupo se conoció a la vez que la canciller alemana Angela Merkel, recibía al Primer Ministro griego, Andonis Samarás. Merkel aprovechó para pedir a sus socios de gobierno y europeos que midieran sus palabras a la hora de abordar la crisis del euro, especialmente en lo que se refiere a Grecia, ante las consecuencias que pudiesen tener las declaraciones.
El Primer Ministro francés, François Hollande, por su parte, no cuestionó el mantenimiento de Grecia en la eurozona, pero solicitó al país que “vaya hasta el final” en el cumplimiento de sus promesas de reforma y ahorro y que lo haga de manera que el proceso sea “soportable para su población”.
Aunque el Canciller federal de Austria, el socialdemócrata Werner Faymann, declaró que hay “buenas posibilidades” de que Grecia obtenga una ampliación de los plazos para cumplir con sus compromisos con los acreedores internacionales, habrá que esperar los resultados de la reunión que el ministro griego de finanzas, Yannis Sturnaras, tendrá en los próximos días con su homólogo alemán Wolfanf Schäuble. Se espera que en esta cita Sturnaras pueda presentar el nuevo paquetes de medidas de ahorro, por 11.600 millones de euros en los próximos dos años, exigido por la troika para que Atenas continúe recibiendo ayuda financiera externa, para lo cual los partidos que apoyan al gobierno del conservador Andonis Samarás deben aún superar sus divergencias.
La cuestión no parece fácil. La oposición griega criticó con dureza las declaraciones de Samarás en Berlín. “El primer ministro ofrece todo sin recibir ninguna recompensa de la canciller alemana -destacó la Coalición de Izquierda Radical (Syriza)- el pueblo griego esperaba en vano oír algo que se pareciera a la renegociación del plan de rescate, y que había prometido el primer ministro antes de las elecciones de junio”, añade en su comunicado.
Ni siquiera en las filas del propio gobierno parece llegarse a un entendimiento. A día de hoy no han sido capaces de acordar cómo ahorrar los 11.600 millones que reclama la Unión Europea y que tendrían que salir, en parte, de nuevos recortes de pensiones y salarios. “La elaboración de las medidas de 11.600 millones no ha terminado. Nos oponemos a una nueva reducción de las pensiones y de los salarios y a la reducción drástica de la financiación de los municipios porque no podrán funcionar” aseguró Fotis Kuvelis, líder de la formación de centro-izquierda Dimar.
El dirigente social-demócrata Evangelos Venizelos también explicó que no ha acabado el debate sobre las medidas aunque sí reconoció que “seguramente habrá recortes”, aunque insistió en que es preciso ofrecer a la gente “una perspectiva de futuro”.
Mientras se debatían estas medidas en el parlamento, la policía griega y otros cuerpos de seguridad se manifestaban de uniforme frente al Ministerio de Finanzas de Atenas contra las nuevas reducciones salariales que pretende llevar a cabo el gobierno.
La cuestión es que ese paquete de medidas tiene que estar decidido antes de que lleguen a Atenas a principios de Septiembre los inspectores de la “troika”, que han de establecer si Grecia cumple los compromisos de ahorro exigidos a cambio de ayuda financiera.
Samarás ha advertido a sus socios de gobierno del riesgo de que su país tenga que abandonar el euro si no cumple con el recorte exigido por la “troika”. “De no cumplirlas -declaró el Primer Ministro- perderíamos completamente nuestra credibilidad y el país sería pronto obligado a abandonar la eurozona.”
Mientras tanto, los griegos, enfadados por las promesas incumplidas de sus políticos, sobreviven un verano más a los fuegos devastadores y se enfrentan al otoño angustiados por el aumento de la pobreza y un futuro cada día más incierto, pero también intentan mantener viva la esperanza de que la pesadilla acabe un día.
Kaló Mina. Kaló fthinóporo.
Fuente Texto: Ana de Miguel
Fuente Imágenes: Google Images