2. Susto de bienvenida
En los pocos días que llevo aquí he comprobado que las historias sobre el caos ateniense no son exageradas. Los coches no respetan las señales, los motoristas van sin casco, incluidos los policías, y mucha gente cruza la carretera ‘a saco’, aunque estén pasando coches.
Hace poco, en la céntrica plaza de Syntagma vi unas tres filas de taxis aparcados de forma caótica de modo que ocupaban un buen trecho de la carretera y los demás coches tenían que esquivarlos. Mareado por el aparente desorden y por el humo mal oliente que salía de los coches me dispuse a la valiente tarea de sacar dinero. Algo bastante normal pero que se iba a convertir en un autentico infierno para este recién llegado a la capital helena.
Lo que sucedió fue lo siguiente: metí mi tarjeta en un cajero, lo puse en inglés para al menos, enterarme de algo. Metí mi código, tecleé la cantidad que quería y un amable mensaje apareció ante mi:» we keep your card for your security«. No sé qué concepto de seguridad tienen los griegos, pero que un cajero se quede mi única tarjeta para sacar dinero en un país extranjero da de todo menos seguridad..
La cara que se me quedó era una mezcla entre pánico desmedido y careta de scream. La primera opción sensata que me vino a la mente fue hundir brutalmente mi rostro contra la pantalla del cajero. No llegué a hacerlo porque realmente eso no me iba a ayudar. La siguiente idea que se me ocurrió fue lanzarme de bruces a la loca carretera. Tampoco lo hice.
Al final conseguí solucionarlo antes de lo que esperaba. Cancelé la tarjeta, pedí otra nueva y conseguí algo de dinero recién llegado de España a través de Western Union. Pero lo que voy a recordar de este episodio no es cómo se solucionó el problema, sino la cara de ‘poker’ que se me quedó y la sensación de ‘ahora qué hago’. Una sentimiento realmente traumático, un susto de bienvenida en toda regla.
Luis Cañivano Heredia
Pues querido Luis,
El mismo susto me paso a mí en Madrid, que además en el cajero no ponía instrucciones ni en inglés!! Así que figurate, un griego por primera vez en España en donde nadie habla ni media palabra en ingles y la mayoría de las instrucciones están en español (como todo el munco tiene que saber castellano!) que susto haya tenido que encima no podía comunicar bien ni con el personal del banco! Eso si, el trafico no ha estado tan mal como en Atenas aunque tengo que confesar que me robaron dos veces en el metro de Madrid, algo que nunca ocurre en el metro de Atenas! Espero que hayas tenido más tiempo despues de apreciar por lo menos la comida griega o subir al monte Lecabéto para relajarte…