Una delgada Línea

Existe una gran línea ideológica que separa a la mayoría de estudiantes extranjeros que se encuentran en Atenas. Ese profundo abismo que separa a los unos de los otros es casi invisible y solo puede percibirse en una noche cualquiera, cuando el tema de la crisis griega aparece incómodamente sobre la mesa, al calor de una shisha y después de varios rakómelos.

A un lado, los que se quejan ruidosamente de lo molesto que resulta no poder tomar el metro o el autobús por culpa de las huelgas y, al otro, los que también se quejan de esa molestia pero en voz baja, ya que creen que los griegos deben protestar de alguna forma por las políticas de austeridad que ahogan al pueblo heleno.

Anikó, una estudiante húngara de 25 años que pertenece a ese primer grupo que opina que Grecia, al igual que España, está abusando de los países ricos, está segura que los griegos pueden salir de esta situación si trabajan más duro, más horas y por el mismo salario. Todo por la patria.

Al otro lado del ring se encuentra Lydia, una francesa de también 25 años que pertenece al bando de los que piensan que los países de centro Europa y, especialmente Alemania, están siendo poco solidarios y actúan más como máquinas que como humanos. Esta joven opina que no se pueden trabajar más horas por el mismo salario o incluso por menos, porque es una estrategia para convertir a la sociedad en esclavos, justo lo que según ella, está haciendo esta crisis.

Si no fuera porque alguien decide poner paz, asustado porque las voces empiezan a levantarse más de lo debido y las palabras dejan de ser tan educadas como al principio de la conversación, la batalla dialéctica no se detendría e iría subiendo el tono con cada nueva palabra.

Estos estudiantes enfrentados sacan de este encuentro dos conclusiones. La gente de diversos países tiene diferentes puntos de vista que en muchos casos no llegarán jamás a entenderse y, que la valiosa norma del arte del saber estar que dice ;“nunca saques la política en la mesa”, es completamente cierta.

Texto: Luis Cañivano Heredia

Imagen: Sterafto www.passinblog.com