Unos 600.000 trabajadores griegos en peligro de quedar sin convenio colectivo
Yannis Chryssoverghis Atenas, 13 feb (EFE).- Cerca de 600.000 trabajadores del sector privado griego corren peligro de pasar a cobrar el salario mínimo bruto interprofesional de 586 euros, al vencer este jueves los convenios colectivos en 42 sectores del país.
«El fin de los 42 convenios puede conllevar reducciones salariales de hasta el 50 % en algunos sectores», explicó a Efe Stazis Anestis, portavoz de la Confederación Nacional de Trabajadores de Grecia (GSEE, principal sindicato del sector privado).
La pérdida salarial no será inmediata ni automática, pues en teoría los representantes sindicales tienen tres meses para negociar nuevos convenios, extremo que la nueva ley hace improbable en la actual crisis.
«Las organizaciones patronales no tienen ningún interés en firmar nuevos convenios», dijo Anestis.
La ley aprobada hace un año como parte del nuevo memorando firmado entre Grecia y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) estipula que si en el plazo de tres meses no se firma un nuevo convenio, desaparece el compromiso sectorial y cada empresa puede firmar su propio acuerdo salarial con la plantilla.
En el caso de que ni siquiera haya un convenio empresarial, el patrono tiene derecho a pedir a cada trabajador que firme un acuerdo salarial individual.
Las únicas obligaciones de las empresas son, en este caso, respetar el salario mínimo, y los suplementos previstos de antigüedad, de estudios y de hijos.
Ya en 2012 hubo más de 1.000 acuerdos salariales de empresas que sustituyeron a los convenios sectoriales expirados.
«La caducidad de los convenios salariales tendrá como consecuencia la convergencia de los salarios medios con el salario mínimo», explicó a Efe el profesor de políticas laborales en la Universidad Panteion de Atenas Yannis Kuzís.
«Las reducciones de salarios que resultarán del vencimiento de estos convenios salariales provocarán la reducción del consumo, más despidos y más recesión», opinó en alusión a las constantes caídas de todos los indicadores económicos, un círculo vicioso del que Grecia no parece salir.
Tan solo en 2012, quinto año de la recesión, el consumo privado sufrió un retroceso del 16,6 %, y desde 2010 la caída fue de casi el 35 %.
El salario medio ha caído un 30 % desde 2009, mientras que el coste salarial por unidad se ha reducido únicamente el 8 % desde 2010, según el informe anual del Instituto de Trabajo, ligado a los sindicatos.
Pero al mismo tiempo, la productividad del trabajo, en aumento constante entre 1995 y 2003 y estable en el 91 % de la media europea entre 2003 y 2009, cayó a un 86 % entre 2010 y 2012, destaca el mismo informe, tomando como base datos de la Comisión Europea.
En medio de este ambiente caldeado y acompañado por huelgas diarias en distintos sectores, el director general del ministerio de Finanzas, Yorgos Mergos, propuso una nueva bajada del salario mínimo.
«A pesar de que el coste salarial por unidad ha bajado, el salario mínimo en Grecia sigue siendo muy alto» dijo Mergos este martes durante un simposio de compañías de seguros, declaración que no sólo provoco reacciones airadas de la oposición, sino también de los socios del tripartito dirigido por el conservador Andonis Samarás.
Ante el aluvión de críticas, el propio ministro de Trabajo, el conservador Yannis Vrutsis, se vio obligado a desmentir categóricamente todo plan de una nueva reducción del salario mínimo. EFE