Las lentas privatizaciones en Grecia podrían dar un giro con Rusia y China
Ingrid Haack. Atenas, 9 jun (EFE).- El Estado griego ha puesto a la venta un amplio abanico de sus propiedades, una operación impuesta por la troika con escaso éxito hasta ahora, pero cuyo curso podría cambiar con la entrada en el juego de dos actores estratégicos, Rusia y China.
En el catálogo de oferta figuran propiedades de todo tipo: terrenos, ministerios, embajadas, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, así como todo el espectro de la energía.
Desde que en 2011 se creara el denominado Fondo de Valoración del Patrimonio Público, la empresa encargada de gestionar las privatizaciones conocida como Taiped (por sus siglas en inglés) solo ha cerrado una gran operación, la venta el mes pasado del monopolio de apuestas deportivas Opap a una empresa greco-checa por un total de 711 millones de euros.
La operación ha sido duramente criticada por algunos sectores, que consideran «ridículo» el precio de venta de una empresa sumamente rentable, con unos ingresos netos de más de 500 millones de euros en 2012.
Para la troika formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, el programa de privatizaciones, sin embargo, es uno de los puntos cardinales del memorando suscrito por Grecia a cambio del rescate.
Si bien los objetivos de ingresos del primer acuerdo eran mucho más ambiciosos y la realidad -por ley natural son pocos los inversores dispuestos a invertir en un país sumido en una recesión crónica- ha ido forzando a los acreedores a bajar sus exigencias.
No obstante, el objetivo de ingresos sigue siendo elevado para este año; la troika espera de Grecia que ingrese 2.600 millones de euros a través de privatizaciones, volumen que ahora el Gobierno de Atenas intenta reducir a 2.000 millones.
Según el presidente de Taiped, Stelios Stavridis, el programa de privatizaciones debería generar anualmente el 1 % del producto interior bruto, un objetivo que por ahora se antoja demasiado optimista en vista de que la autoridad privatizadora cerró el primer trimestre con pérdidas de 1,02 millones de euros, cifra que mejorará sin duda cuando se materialice la venta de Opap.
Por ahora, el proceso de privatización está marcado por retrasos y obstáculos de toda índole, como la protesta ciudadana en Salónica, la segunda mayor ciudad del país, contra la privatización de su empresa de aguas.
Con el apoyo del alcalde, el independiente Yannis Butaris, los ciudadanos de Salónica han decidido convocar un referéndum sobre la privatización de algo que consideran «un recurso social que no puede ser vendido o transferido».
El plebiscito, sin embargo, no tiene carácter vinculante y se espera que próximamente Taiped anuncie cuál de las cuatro empresas que han participado en el concurso se llevará la adjudicación.
El programa de privatizaciones podría dar un giro de 180 grados si, como espera el Gobierno, se materializan las ofertas presentadas por Rusia en el sector energético y de China en el de puertos, aeropuertos y transporte por ferrocarril, entre otros.
Rusia tiene interés en reforzar aún más su poderío energético en Europa, y para ello está negociando la compra de las empresas de distribución y red de circulación de gas natural, Depa y Desfa, una de las muchas licitaciones que lleva más de un año de retrasos, pero que ahora podría estar a punto de cerrarse.
Gazprom, la empresa rusa que puja por Depa, ya suministra el 90 % del gas a Grecia. Según los medios helenos, el Gobierno está ultimando la operación por unos 750 millones de euros, a falta de solucionar algunos flecos, como que Moscú acceda a bajar los precios del gas a este país, uno de los más caros de Europa.
La operación debe superar además un importante obstáculo geopolítico. A la Unión Europea y por tanto a la troika que ha impuesto estas reglas, no le hace ninguna gracia que Europa se vuelva aún más dependiente del gas ruso.
El otro gran actor de este programa de privatizaciones es China, interesada en convertir Grecia en punto de enlace para sus exportaciones a Europa.
China, ya presente en Grecia a través de su empresa marítima Cosco, propietaria del muelle de contenedores del puerto de El Pireo, ha mostrado interés por varios aeropuertos regionales y pequeños puertos, la empresa de ferrocarriles Trainose, así como terrenos y complejos turísticos.
Sin embargo, de momento, todo son manifestaciones de interés y el proceso de concreción se antoja largo.
Entre la multitud de problemas que afronta Taiped a la hora de gestionar las privatizaciones figura, por ejemplo, la situación de ilegalidad de algunos de los edificios construidos sobre terrenos estatales, entre ellos, como reconoció recientemente el presidente de Taiped, el Estadio de la Paz y la Amistad en Atenas. EFE