Un barrio tradicional de Atenas se convierte en el tormento de sus ciudadanos
Yannis Chryssoverhis. Atenas, 10 jun (EFE).- Ano Petrálona era hasta unos años un barrio clásico popular de Atenas: céntrico, sin grandes edificios, algunas tabernas, pero sobre todo tranquilo. Esa paz se ha visto truncada con la apertura de nuevos restaurantes y bares nocturnos, cuyos propietarios rigen a su antojo y atemorizan a la población.
Desde que algunos ciudadanos formaron un colectivo para exigir el cumplimiento de las leyes, se ha desatado una guerra sin cuartel; cada protesta ciudadana o denuncia al municipio es respondida con amenazas, agresiones e incluso incendios intencionados.
Hasta hace diez años, Ano Petrálona, situado a los pies de la colina de Filópapos, era lugar predilecto de estudiantes e intelectuales, por sus restaurantes populares, que daban de comer bien y eran baratos.
De repente, el barrio se puso de moda y empezaron a proliferar bares y restaurantes, a un ritmo desenfrenado y sin que se cumplieran las leyes.
«La mayoría de los restaurantes tienen permiso para operar como cafés, sin derecho de servir comida ni tampoco utilizar equipos de música. A pesar de eso funcionan como restaurantes, muchas veces con música en vivo, lo que prácticamente no nos deja dormir», explica un miembro del colectivo de vecinos que prefiere mantener su anonimato.
Con las quejas de los vecinos, llegaron los problemas serios. La primera reacción fue en octubre 2009. «Hubo dos manifestaciones de protesta. A raíz de eso alguien prendió fuego a una casa, poniendo en riesgo la vida de seis personas», dice a Efe Nikos Mumuris, concejal del distrito y miembro del colectivo.
La investigación policial no pudo determinar quienes fueron los autores de este ataque y las reacciones cesaron hasta 2011, cuando se creó un nuevo colectivo de vecinos.
A partir de ahí volvieron los enfrentamientos. A una movilización le seguía la respuesta de los propietarios de los restaurantes.
«En noviembre pasado, tras denunciar el colectivo a 16 restaurantes por haber violado la legislación, dos vecinos fueron agredidos por hombres encapuchados», explica Mumuris, quien también fue víctima de un ataque.
Recientemente, la Policía Municipal impuso multas a seis restaurantes. Acto seguido, desconocidos distribuyeron panfletos con amenazas contra una mujer, miembro del colectivo de vecinos, y unos días después alguien intentó incendiar en su casa.
En el blanco de intimidaciones están ahora incluso los propietarios de los restaurantes antiguos. «Hace un año, intentaron incendiar mi restaurante», dice Vasilis y añade que unos meses después fue asaltado por cuatro encapuchados mientras cerraba su taberna.
El colectivo de vecinos es muy crítico con el consejo municipal y con la policía municipal, a la que reprochan falta de voluntad de aplicar la ley e incluso acusan de prevenir a los propietarios de restaurantes antes de un control, a fin de que todo esté en regla cuando lleguen los agentes.
El vicealcalde de Atenas y responsable de la Policía Municipal Yorgos Apostolópulos, rechaza estos extremos y asegura que el año pasado se presentaron 39 demandas contra restaurantes y otros nueve en el primer trimestre de 2013. Todos los restaurantes, cafés y clubes de Atenas, sin ninguna excepción, están regularmente controlados», afirma a Efe.
Agentes de la Policía Municipal contactados por Efe, en cambio, admiten bajo anonimato que la ley no es siempre eficaz.
«Si un propietario de restaurante, violando la reglamentación, gana mucho más dinero que lo que pueda pagar de multa está claro que preferirá pagar multas», explica un agente.EFE