Del escenario a los pasillos: un día con la Orquesta y el Coro de la ERT

Atenas, 14 Junio. – Hay una atmósfera de extraordinaria excitación en los pasillos del primer piso de la ERT. Centenares de personas se mueven, se paran para discutir animosamente, gesticulando con sus cafés frappé, luego se van rápidas hacia otro lado. Las puertas de los estudios están abiertas y, detrás del papel que reproduce las notas del pentagrama y los rostros de los más importantes directores y músicos de la historia de la Radio y Televisión griega, se toman decisiones, se fraguan ideas y no se para de trabajar.

“La primera noticia salió por vía no oficial hace unos veinte días, pero nos echamos a reir: ¡no pueden ocurrir estas cosas!”. La linda voz baritonal de Panagiotis, del Coro de la Radio y Televisión Griega, ya estaba lista para cantar, mañana, el Dies Irae de Verdi en el marco del Festival de Atenas y Epidauro, y en el espléndido entorno del Teatro Herodes Ático. Pero la noticia de la suspensión del concierto llegó 48 horas antes de la ejecución, y ahora los cantantes y los músicos van y vienenpor pasillo cubierto de notas musicales, mientras un enfervorecido Mikis Theodorakis en formato gigante no se digna a echarles una mirada.

El Director de la Orquesta Sinfónica de la Radio y Televisión Griega, el Maestro Markos Moissidis, mira desde la ventana a los centeares de personas reunidas en el jardín de la ERT. Hay familias enteras, trabajadores, amigos y simples ciudadanos. Muchos agitan pancartas y banderas. “No tenemos miedo de perder nuestros trabajos. El problema es el procedimiento: ¿qué va a seguir? Después de éste, otros dominios públicos caerán en esta operación de “limpieza”. Habíamos oído unos rumores que, de manera no oficial, hablaban de un proyecto de privatización de la Orquesta Estatal. Lo irónico es que este año habíamos tenido una situación fantástica: hemos sido la primera orquesta en celebrar los 200 años de Wagner, y hemos trabajado de manera muy seria con contactos importantes en Grecia y en el extranjero.”

Un chico en vaqueros recortados y camiseta entra en el estudio del Director: es uno de los músicos que, antes de tocar a Tchaicovsky esta tarde, está organizando una difusión por la red pidiendo el apoyo a las Orquestas, Coros y Maestros de todo el planeta. “No me esperaba que el mundo cultural europeo reaccionara de manera tan fría” sigue Moissidis. “Si hubiera sido al revés, nosotros les habríamos apoyado, inundándo de e-mail a los Gobiernos. Esto pedimos: que las entidades culturales se impliquen con sus Gobiernos para que presionen al nuestro.”

El apretón de manos revela la fuerza de este hombre que lleva dos días con los suyos, y que sabe que aquí se juega el todo por el todo. “No estamos cansados” me dice sonriente, “solo nos preguntamos qué sorpresa nos prepara la vida, mañana.” Fuera, las canciones de la dictadura de los coroneles, vomitadas por los altavoces, cubren las consignas y parece que es fiesta.

Texto e imagen: Linda Baseggio