Macedonia y Albania alarmadas por inmigrantes llegados de la Grecia en crisis
Ivan Blazevski y Mimoza Dhima. Skopje/Tirana, 20 jul (EFE).- Macedonia y Albania están alarmadas por la ola de los inmigrantes ilegales africanos y asiáticos que, provenientes de la Grecia hundida en la crisis, usan estos dos pequeños países balcánicos como trampolín para llegar a los países desarrollados de la Unión Europea (UE).
Aunque la inmigración ilegal en estos países ya existía antes, el fenómeno se ha agravado en los últimos 2 a 3 años debido a la crisis griega y el trato hostil y racista que reserva el estado vecino para los inmigrantes afganos, iraníes y paquistaníes en ese país, miembro de la UE y la OTAN, según fuentes del Ministerio macedonio del Interior.
«Hay un aumento de los inmigrantes que entran ilegalmente en Macedonia a través de la frontera del sur con Grecia. La UE nos llena de inmigrantes ilegales africanos y asiáticos», se quejó a Efe Ivo Kotevski, viceministro del Interior.
«El fenómeno es preocupante y lo hemos hecho presente ante las autoridades comunitarias», añadió.
Las rutas del tráfico ilegal de personas son idénticas a las que se usan para el contrabando de heroína proveniente de Afganistán con destino a los países ricos de la UE.
Una pasa por Irán, Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría; otra entra en Bulgaria y Rumanía desde Turquía y la tercera atraviesa Grecia, Albania, Italia o Albania, Montenegro, Croacia e Italia.
El tráfico ilegal de inmigrantes ha desencadenado la creación de verdaderas «agencias turísticas» en los países de origen que ofrecen «excursiones europeas» a afganos, paquistaníes, sirios e iraníes.
No necesitan ni visados ni pasaportes, sólo meter en el bolsillo una suma que varía entre 7.000 y 10.000 dólares para pagar a los traficantes que los distribuyen a su gente de confianza en los pasos fronterizos de esos países.
La mayoría de ellos son chicos jóvenes, pero también hay mujeres y niños que cruzan los puestos fronterizos con documentos falsos con el permiso de los policías corruptos.
Otros, los más fuertes, van escondidos en vehículos de transporte y una tercera categoría arriesga la vida al atravesar a pie los senderos en los montes o bosques que dividen las fronteras.
El pueblo macedonio de Lojane, de 6.000 habitantes y situado a un kilómetro de la frontera con Serbia, se ha convertido en un punto importante de reunión de esos inmigrantes ilegales.
La semana pasada un inmigrante afgano fue asesinado por personas desconocidas en el cercano Tabanovce, mientras intentaba entrar ilegalmente en Serbia.
La policía macedonia sospecha que el motivo del asesinato fue un ajuste de cuentas entre los grupos rivales de traficantes.
«Esta ola de inmigrantes provenientes de Grecia amenaza con hundirnos», advirtió recientemente la ministra macedonia del Interior, Gordana Jankulovska, en una rueda de prensa.
También en Albania el fenómeno preocupa a la policía, que esta semana arrestó a 12 paquistaníes y 2 afganos escondidos en un camión que transitaba por la costa sureña cerca de la ciudad de Vlora y detuvo también al conductor albanés.
Esos inmigrantes que huyen de sus países hundidos en conflictos armados para buscar una vida mejor en los países desarrollados europeos a veces se convierten en víctimas de los saqueadores.
Así, un afgano resultó herido en abril de este año cuando una banda armada albanesa asaltó a un grupo de 4 afganos para robarles el dinero que llevaban consigo cerca del paso fronterizo de Kakavije que, con el de Kapshtice, son las puertas principales de entrada de los inmigrantes ilegales desde Grecia.
Pero estas personas que huyen de sus países de origen son víctimas también de la policía griega, que los transporta en sus vehículos hasta la frontera albanesa y luego los suelta y dispara al aire con el fin de empujarlos hacia Albania, según ha denunciado la prensa en Tirana.
Eso ocurre a causa de la aguda crisis económica que ha azotado Grecia, cuyo Gobierno debe garantizar a esos numerosos inmigrantes ilegales alojo, comida y repatriarlos con el escaso dinero público.
Pese a que el fenómeno preocupa a Macedonia y Albania, las autoridades de esos países balcánicos no ofrecen datos sobre el número de los inmigrantes ilegales árabes que han utilizados sus territorios para llegar a los países desarrollados europeos. EFE
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