Samarás dice no busca anticipar comicios pero advierte no aceptará chantajes
Atenas, 3 ago (EFE).- El primer ministro griego, el conservador Andonis Samarás, asegura que no busca unas elecciones anticipadas -como le han acusado sus antiguos socios- pero advierte de que no aceptará «chantajes», en una entrevista publicada hoy por el diario ‘Ta Nea’.
«No quiero ni busco elecciones anticipadas. (…) Quiero estabilidad y agotar (el mandato de) los cuatro años. Por el bien del país», afirma el mandatario heleno.
«Sin embargo, el que no quiera elecciones no significa que yo esté dispuesto a aceptar chantajes de grupos de interés. Porque si hay chantajes u otras presiones, entonces, otros serán los responsables de lo que suceda», avisa.
En junio, tras abandonar el Gobierno de coalición, el líder del partido centroizquierdista Dimar, Fotis Kuvelis, reveló que Samarás estaba decidido a convocar elecciones anticipadas aprovechando que algunos indicadores macroeconómicos habían mejorado, pero, según dijo, sólo la presión de los socios europeos evitó que el primer ministro griego siguiera adelante con esos planes.
La salida de Dimar ha dejado a la actual coalición -formada por los conservadores de Nueva Democracia y los socialdemócratas del Pasok- con una frágil mayoría parlamentaria de 155 diputados de los 300 con que cuenta el hemiciclo.
De hecho, en las últimas votaciones, algunos diputados oficialistas se han abstenido de apoyar las propuestas del Gobierno, aunque finalmente han sido aprobadas con un estrechísimo margen de votos.
Incluso el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras, reconoció esta semana que hay «cansancio» entre los diputados de la coalición a la hora de apoyar nuevas medidas de austeridad.
Con todo, Samarás aseguró que su cooperación con el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, es «franca y constructiva» y que ambos tienen «la misma determinación» y «el mismo sentido de la responsabilidad» para «poner el país en pie».
De cara al otoño, cuando se prevé que la nueva visita de la troika determine si hay nuevas necesidades de financiación o no, Samarás se mostró convencido de que la «brecha fiscal» será más pequeña de las estimaciones iniciales y prometió que no exigirá «medidas restrictivas adicionales».
Pero la próxima estación promete ser políticamente caliente ya que para septiembre el Gobierno deberá presentar ante los acreedores internacionales la lista de 12.500 funcionarios que serán incluidos en el esquema de movilidad laboral -y la mayoría de ellos despedidos-, algo que ya ha comenzado a hacer pese a la dura oposición de los sindicatos de funcionarios.
El partido de Samarás, Nueva Democracia, ha acusado a la principal fuerza de la oposición, la izquierdista Syriza, de tratar de provocar agitación de cara a septiembre. EFE