Polémica en Grecia por la censura de un programa y el proceso a periodista
Andrés Mourenza. Atenas, 14 feb (EFE).- Grecia vuelve a estar en el punto de mira de las críticas por violar la libertad de prensa, y al informe demoledor de Reporteros sin Fronteras, hace dos días, se han sumado dos casos que han alarmado a la prensa: la censura de un programa de televisión y el procesamiento criminal de una periodista.
El primer caso se refiere a una orden judicial que este jueves prohibió la emisión un programa de televisión sobre la muerte de 12 refugiados en el mar Egeo y el segundo al procesamiento de una periodista por revelar, supuestamente, «secretos militares», pese a que lo publicado había aparecido en el Boletín Oficial del Estado.
Un tribunal prohibió a la cadena privada de televisión Mega la emisión -prevista para la próxima semana- de un reportaje sobre la muerte de 12 refugiados sirios y afganos en las cercanías del islote de Farmakonisi mientras eran remolcados por la Guardia Costera el pasado 20 de enero.
Este incidente había desencadenado un reguero de críticas por parte de numerosas organizaciones internacionales que exigieron a Grecia una investigación a fondo.
Estaba previsto que el reportaje fuese emitido la próxima semana en la edición del programa ‘Protagonistes’, una de las emisiones de periodismo de investigación más populares de Grecia.
El tribunal prohibió, bajo la advertencia de «severas sanciones», la emisión incluso de anuncios sobre el programa hasta que sea completada la investigación oficial en curso.
El canal Mega tildó la orden judicial de «acto de censura» y ha advertido que continuará con su plan de emisión.
Incluso el socio menor del Gobierno, el partido socialdemócrata Pasok, criticó hoy la decisión judicial de «censura preventiva» y dijo que «no encaja con un Estado democrático».
Los partidos de oposición izquierdistas Syriza y Dimar también han tachado de «inaceptable» la amenaza judicial y han alegado que esta práctica es «incompatible con la libertad de prensa».
Esta polémica llega sólo un día después de que la periodista Popi Jristodulidu fuese imputada por «revelación de secretos militares» por un artículo en internet en el que afirmaba que buzos de la Guardia Costera participan junto a la Policía en la vigilancia de «objetivos sensibles».
La periodista asegura que recibió esta información de dos guardacostas y que la comprobó en una modificación de ley publicada en diciembre en el Boletín Oficial del Estado que había pasado desapercibida, ya que hasta ahora los buzos de este cuerpo no tenían estas funciones de vigilancia.
La Policía exigió a la periodista retirar su artículo a lo que ésta se negó, por lo que fueron las propias fuerzas de seguridad las que presentaron los citados cargos contra ella, un procedimiento que su abogado calificó de ilegal.
El abogado de la periodista, Panayotis Sapuntzakis, explicó a Efe que la acusación contra su cliente «no tiene precedentes» y está «fuera de la legalidad» ya que no se ha seguido el procedimiento regular y no ha habido un juez que presente cargos.
«El periodismo está siendo perseguido en Grecia. La persecución judicial de Popi Jristodulidu no es el único caso. (…) La Justicia debe apoyar a los periodistas y no intentar hacerlos callar», denunció por su parte el presidente de la Federeción Panhelénica de Periodistas, Yorgos Savvidis, en declaraciones a Efe.
En la clasificación mundial sobre la libertad de prensa publicada esta semana por Reporteros Sin Fronteras (RSF), Grecia cae 14 posiciones hasta el puesto número 99, de un total de 180 países, quedando a la altura de estados como Gabón, Israel, Kirguizistán y Bulgaria.
La organización de defensa de la libertad de prensa achaca esta decisión al cierre fulminante del ente público de radiotelevisión ERT por parte del Gobierno el pasado junio -del que RSF dice que «no tiene precedentes en un país de la UE»- y a las agresiones a periodistas por parte del partido neonazi Amanecer Dorado.
Desde la primera publicación de la clasificación de la libertad de prensa en 2002, Grecia ha retrocedido 80 puestos en dicha lista, lo que RSF atribuye al «clientelismo» con el que se manejan los medios de comunicación en Grecia y a las agresiones policiales y de manifestantes que sufren los informadores que cubren las periódicas protestas en el país mediterráneo.
«Mientras la libertad de información sufre abusos ocasionales en algunos países de la Unión Europea, en otros es repetida y descaradamente desdeñada. Éste es el caso de Grecia», denuncia RSF.EFE