Nueve meses después del fin de la TV pública griega, la plantilla resiste
Ingrid Haack. Atenas, 11 mar (EFE).- Han pasado nueve meses desde el abrupto cierre de la radiotelevisión pública griega y cuatro desde el desalojo forzoso de su sede, pero los trabajadores de ERT no han claudicado y día a día siguen emitiendo informativos en un ejercicio de autogestión e independencia informativa sin parangón.
El 11 de junio, el Gobierno del conservador Andonis Samarás tomó, al abrigo de la troika de acreedores, una decisión fulminante y sin precedentes en Europa: de la noche a la mañana ordenó cerrar la radiotelevisión pública con el argumento de que no podía ser reformada.
A partir de ese momento, la sede permaneció ocupada por sus trabajadores que continuaron emitiendo una programación diaria de 24 horas a través de internet hasta que, en noviembre, la Policía desalojó el edificio por la fuerza, en medio de la ira ciudadana.
Hoy, nueve meses después, unos 400 del total de los 2.600 trabajadores que formaban la plantilla de ERT continúan sacando adelante este proyecto en toda Grecia, en un formato que cada vez es más modesto por la falta de recursos, pero que sobrevive por la fuerza que da no depender de ninguna línea política a la hora de informar.
Bajo el nombre de «ertopen.com, la voz libre de la sociedad», los periodistas despedidos en junio pasado tras el internacionalmente criticado cierre de la cadena pública, han elaborado una página de internet, a través de la cual emiten informativos de televisión, radio e información escrita.
Desde Salónica, cuyo alcalde, el independiente Yannis Butaris, ha logrado por ahora impedir el cierre de la sede de la televisión regional ERT3, se sigue confeccionando a diario un programa de televisión que se retransmite a través de internet.
Además, han resistido 12 de las 19 emisoras de radio regionales que había en todo el país, en su mayoría gracias a autoridades municipales que se resisten a seguir la orden del Gobierno, como relata a Efe Babis Kokosis.
Babis era, en los buenos tiempos de ERT, uno de los responsables del programa diario en español.
«La radiotelevisión pública griega ofrecía en 12 lenguas distintas, entre ellas el español, programas de actualidad griega, pero también sobre toda la actividad cultural relacionada con las respectivas lenguas», explica.
Estos programas se emitían solo por internet y onda corta; tras el cierre de ERT el 11 de junio de 2013, este formato sobrevivió algunos meses en español e inglés.
Ahora Babis y Fuli Savitsanu, la otra responsable del programa en español que también está en «ertopen», siguen contribuyendo como pueden a que la información sobre temas relacionados con España o América Latina se mantengan en la parrilla informativa, con un espacio que se emite todos los viernes dentro de los noticiarios «normales».
«Estamos cansados, se acumulan los problemas económicos y al no estar ya dentro de la sede, se reducen las posibilidades. No hay la misma fuerza que al principio, pero aún así tenemos ideas nuevas», relata Fuli, en un tono en el que se entremezcla el agotamiento con la determinación de seguir adelante.
Una de las ideas que han tenido los periodistas que hacían los programas en idiomas extranjeros, explica, es hacer un espacio sobre acontecimientos de actualidad destinado a la nueva generación de emigrantes que están abandonando Grecia a causa de la crisis.
Pese a la ilusión que siguen poniendo estos periodistas y técnicos y su intento de obtener una personalidad jurídica que les otorgue la posibilidad de actuar como medio legal, cuesta sin embargo creer que el proyecto pueda sobrevivir por mucho más tiempo.
La indemnización de cuatro meses que les dio el Estado se ha ido agotando y la mayoría de los que siguen allí intentan ganarse la vida con otros trabajos, si es que encuentran algo en esta Grecia vapuleada desde hace seis años por la crisis.
«La mayoría de los compañeros no han encontrado trabajo como periodistas. Yo mismo traduzco documentales, otros dan clases de idiomas, por ejemplo», cuenta Babis.
La oficina que tienen alquilada justo enfrente de la antigua sede se paga por ahora de los fondos del sindicato de ERT, pero, como reconoce Babis, poco a poco estas reservas se están secando.
A partir del 27 de abril la antigua sede volverá a contar con un inquilino, la nueva radiotelevisión pública Nerit, que sustituirá al ente provisional que ha estado funcionando en los últimos seis meses.
Esta nueva radiotelevisión pública contará de momento con entre 600 y 800 trabajadores, de los que unos 300 serán miembros de la antigua plantilla.
Entonces, el Ejecutivo habrá logrado su objetivo declarado: acabar con una empresa pública carcomida por la mala gestión y una corrupción alimentada por todos los partidos que han gobernado sucesivamente en Grecia -los mismos que hoy gobiernan Grecia en coalición-, y crear una nueva entidad con la tercera parte de empleados. EFE