Un pueblo de Grecia boicoteará las municipales para reclamar la independencia
Yannis Chryssoverghis. Atenas, 26 mar (EFE).- El pueblo de Velventós, en el norte de Grecia, ha decidido en referéndum boicotear las elecciones municipales de mayo, un acto de rebeldía frente al voto obligatorio con el que pretenden reclamar su independencia.
El malestar popular comenzó en 2010 cuando se aprobó el llamado «Plan Kallikratis», una reforma destinada al ahorro de fondos públicos -entonces Grecia negociaba la concesión del primer rescate financiero- y que obligó a la fusión de cientos de municipios: de los 1.027 existentes quedaron 325.
Velventós -de unos 4.000 habitantes- quedó encuadrado, junto a otros tres pueblos, en el municipio de Servia-Velventós y el Ayuntamiento fue trasladado a la vecina localidad de Servia, lo que, en opinión de los velventinos, ha supuesto graves pérdidas.
«Velventós no ganó nada con su forzosa fusión a los otros tres municipios», se queja a Efe un exalcalde, Manolis Steryíu, y añade que mientras su Ayuntamiento tenía unas finanzas saneadas, el resto de los municipios habían sido peor gestionados.
Así, Steryíu denuncia que parte de los fondos estatales que en principio deberían haber sido destinados a Velventós han sido utilizados para cubrir las deudas de Servia, donde ahora se sitúa el Ayuntamiento.
El exalcalde lamenta además la degradación de los servicios municipales: «Los camiones de bomberos y las máquinas quitanieves fueron transferidos a la nueva sede del municipio y el personal del antiguo Ayuntamiento se ha reducido mucho».
Pero los velventinos -cuyo pueblo es conocido por la calidad de sus melocotones, que aseguran altos ingresos a los vecinos- no se han quedado de brazos cruzados.
Para paliar las carencias de la nueva administración municipal crearon una asociación en la que participan todos los habitantes mayores de edad. «Con una contribución anual de 10 euros por persona conseguimos hacer una serie de obras que antes hacía nuestro Ayuntamiento», explica Steryíu.
Del mismo modo -todos a una- los habitantes se reunieron y organizaron el referéndum para votar si participaban o no en las elecciones locales. El resultado fue del 73,4% (1.026 votos) en contra de acudir a las urnas y 26,6 % (371 votos) a favor, si bien la participación fue tan solo del 30,4%.
No es la primera vez que los velventinos llevan a cabo una protesta similar: antes de las municipales de 2010, que ya se hicieron bajo el «Plan Kallikratis», se celebró un referéndum en el que el 95 % votó a favor de boicotear las elecciones, a pesar de que el voto es obligatorio en Grecia y no participar en las elecciones puede acarrear multas, si bien rara vez se cumple esta amenaza.
Cuando se celebraron las elecciones, las urnas quedaron prácticamente vacías ya que, siguiendo la decisión tomada por el pueblo, casi ningún vecino votó: la abstención llegó al 98 %. Como resultado 6 de los 27 escaños del consejo municipal de Servia-Velventós quedaron vacantes y así han permanecido durante estos cuatro años. A pesar de este boicot, desde el Ayuntamiento de Servia no se les tiene rencor a los velventinos.
«La sociedad de Velventós reivindica su autonomía. Quiere decidir sobre su futuro y sus decisiones serán respetadas», afirma, en declaraciones a Efe, el alcalde del municipio Servia-Velventós, Vasilis Konstantópulos, quien este año se presentará a la reelección sabiendo que no tiene por qué hacer campaña en el pueblo independentista ya que apenas votará.
La aprobación del «Plan Kallikratis» fue polémica y estuvo seguida de múltiples protestas de los vecinos de aquellos pueblos que perdieron su autonomía y su Ayuntamiento.
De hecho, el entonces jefe de la oposición, Andonis Samarás, prometió que de ganar las elecciones eliminaría la reforma. Cuatro años después, Samarás es primer ministro, pero de momento no ha manifestado ninguna intención de volver al sistema administrativo anterior.
La razón bien puede ser que la reforma ha cumplido su objetivo: ahorrar. Sólo en el primer año en efecto se logró un ahorro de 1.400 millones de euros, especialmente gracias a la enorme reducción de cargos electos de la administración local.
Y dado que Grecia está sometida desde hace cuatro años a la estricta vigilancia de la troika y a un programa de draconianas medidas de ahorro, no parece que los de Velventós vayan a salirse con la suya.