Dimite el jefe de gabinete de Samarás por una conversación comprometedora con Amanecer Dorado
Atenas, 2 abr (EFE).- El jefe de gabinete del primer ministro griego, Andonis Samarás, ha dimitido hoy tras conocerse que mantuvo una conversación con un líder neonazi en la que aseguró que el Gobierno presionó a la Justicia para evitar que varios diputados de Amanecer Dorado encarcelados salieran en libertad condicional.
La conversación fue filtrada hoy mismo por el portavoz del grupo parlamentario del partido neonazi Amanecer Dorado, Ilias Kasidiaris, durante el debate sobre el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de varios diputados de esa formación política.
Ante el asombro de muchos diputados, Kasidiaris explicó que mantuvo una conversación con el jefe del gabinete, Panayotis Baltakos, en la que éste reconoció que no había base legal suficiente para mantener en la cárcel a los diputados de su partido.
Para dar credibilidad a su versión, Kasidiaris publicó en la red el vídeo de la conversación mantenida y anunció que la grabó para entregarla como prueba en la demanda que Amanecer Dorado ha presentado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo contra el Estado griego por persecución política.
En el vídeo se puede ver únicamente a Baltakos, aunque también se oye la voz de Kasidiaris.
Al comienzo de la conversación Baltakos admite que Samarás se puso furioso cuando se enteró de que los jueces habían dejado en libertad a Kasidiaris y a Ilias Panayótaros, el segundo de un total de seis diputados de Amanecer Dorado detenidos por supuestas actividades criminales y el asesinato del activista de izquierdas y rapero Pavlos Fyssas.
Baltakos admite que Kasidiaris y Panayótaros fueron puestos en libertad porque no había pruebas contra ellos y porque nadie intervino ante los jueces para impedirlo, algo que sí ocurrió después para evitar el excarcelamiento de los restantes cuatro diputados.
El hasta hoy jefe de gabinete de Samarás reconoce que los ministros de Justicia, Jarálambos Athanasíu, y de Orden Público, Nikos Dendias, llamaron a la fiscal para intervenir, después de que Samarás los llamara «furioso» por la puesta en libertad de los dos primeros.
«Me habéis engañado, me habéis humillado», dijo Samarás en palabras de Baltakos durante su conversación con los ministros.
El jefe de gabinete insinúa que al primer ministro le venía bien un golpe duro contra miembros de Amanecer Dorado como el que supuso el encarcelamiento de sus líderes a la vista de que el partido de Samarás, Nueva Democracia, iba cayendo en los sondeos y de que los neonazis estaban aumentando su influencia política.
Finalmente, Baltakos admite que la fiscal del Tribunal Supremo y el fiscal adjunto prepararon un informe manipulado.
En un comunicado difundido tras su dimisión, Baltakos reconoce que la conversación efectivamente tuvo lugar, como parte de diversos encuentros que tuvo con miembros de ese partido tras el encarcelamiento de sus líderes, pero aseguró que todo lo que dijo, lo dijo «para quitarme de encima las presiones».
Antes de su dimisión, Samarás afirmó no conocer el tema, pero añadió que, si era cierto todo lo dicho, «Baltakos no tiene un lugar en el Gobierno».
El escándalo, cuyas repercusiones todavía no pueden medirse, causó un revuelo entre todos los partidos políticos, que pidieron, en particular, la dimisión de Baltakos, como fue el caso del Pasok, socio de la coalición gobernante.
El principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, pidió la comparecencia de Samarás, Dendias y Athanasíu ante el Parlamento para dar explicaciones.
El partido nacionalista Griegos Independientes llegó a pedir la dimisión de todo el Gobierno.
El escándalo no evitó que el pleno del Parlamento aprobase el levantamiento de la inmunidad de tres diputados neonazis, para que sean investigados en el marco del proceso judicial por las presuntas actividades criminales de los neonazis.