Grecia vive una huelga general de paros desiguales y miles de manifestantes
Remei Calabuig. Atenas, 9 abr (EFE).- Grecia vivió este miércoles la primera jornada de huelga general del año contra las medidas de austeridad impulsadas por el Gobierno, que tuvo un seguimiento desigual pero consiguió reunir a varios miles de personas en una gran manifestación en el centro de Atenas.
El sindicato del sector público, ADEDY, cifró el seguimiento de la huelga en el 70%, pues el funcionariado secundó el paro de manera amplia.
Los hospitales funcionaron con servicios mínimos y también pararon los ferrocarriles, la Administración pública, los maestros y los profesores.
En el transporte público la huelga apenas se notó, ya que los autobuses urbanos solo pararon en la franja nocturna y el metro funcionó con normalidad, pues sus trabajadores se encuentran en movilización forzosa y tienen prohibido hacer huelga desde febrero de 2013.
La confederación de sindicatos del ramo privado, GSEE, no dio cifras de participación, pero el paro fue secundado por los trabajadores de los puertos, los barcos -que permanecieron amarrados- y las farmacias, con excepción de las que estaban de guardia.
Los farmacéuticos han realizado varias huelgas en las últimas semanas para protestar contra las reformas en su sector que permiten, por ejemplo, crear cadenas de farmacias y espacios de venta en supermercados, grandes almacenes o estaciones de gasolina.
Los aeropuertos funcionaron con normalidad y no hubo cancelaciones ni retrasos.
En el comercio, la huelga fue prácticamente inexistente y la mayoría de las tiendas abrieron sus puertas con normalidad.
Únicamente cerraron los comercios situados en el recorrido de la manifestación, que fue de las más multitudinarias de los últimos años, en que Grecia ha vivido numerosos paros generales.
Solo en 2013 se celebraron cinco huelgas generales, y otras tantas en 2012.
En la marcha de hoy, que partió de la céntrica plaza Klafthmonos y llegó a la de Syntagma, sede del Parlamento, participaron unas 12.000 personas, según la Policía, mientras que los organizadores elevaron la cifra a 27.000.
Los manifestantes, que corearon consignas de protesta contra el Gobierno del conservador Andonis Samarás, portaban pancartas con eslóganes contra las exigencias de los acreedores internacionales del país: «Supresión definitiva de la deuda», «No a la reserva laboral, no a los despidos» y «Sanidad gratis para todos, que se vayan los memorandos».
«No aceptamos pagar las deudas que nosotros no contrajimos. Que sepan que si nosotros morimos de hambre no quedarán griegos que puedan pagar la deuda», dijo a Efe Andromaji, una manifestante en paro desde hace dos años.
En la marcha participaron también estudiantes como Rosa, que cursa la carrera de filología y considera que el papel de los jóvenes es ser el «oxígeno de la sociedad».
«Nos enseñaron que debíamos estar al margen, mientras los mayores participaban (en las protestas). No puede haber un verdadero cambio en Grecia y en Europa si la juventud no se coloca en la vanguardia», aseguró la estudiante.
Vasilis es abogado y, aunque la mayoría de sus colegas no se han sumado al paro, acudió a la manifestación porque considera que es «un momento importante», ya que se están preparando nuevas medidas de recorte que afectarán a los trabajadores.
«No hay duda de que son necesarias reformas. Incluso Alemania acusa a Grecia, porque aquí los ricos no pagan impuestos. Es necesaria una reforma en este ámbito, pero también otros sectores necesitan reformas, como, por ejemplo, el mercado laboral. El 40 % de la economía y del trabajo en Grecia se hacen en negro», explicó Vasilis, quien reclama más mecanismos de control.
Los sindicatos llamaron a secundar el paro en protesta contra las reformas pactadas entre el Gobierno y la troika de acreedores, recogidas en la conocida como «ley escoba», aprobada recientemente por el Parlamento heleno.
La aprobación de esta ley estuvo a punto de desestabilizar la mayoría parlamentaria por la oposición previa de algunos diputados de la coalición gobernante, formada por los conservadores de Nueva Democracia (ND) y los socialdemócratas de Pasok, ya que introducía polémicas reformas en sectores clave de la economía.
La norma prevé también nuevos recortes en las jubilaciones y permite a los bancos que han recibido ayudas estatales vender sus acciones por debajo del precio inicial de compra.
La huelga se produce tan solo dos días antes de la visita oficial de la canciller alemana, Angela Merkel, que llegará el próximo viernes a Atenas para entrevistarse con Samarás y mostrarle su apoyo ante las reformas adelantadas por el Gobierno.