Los griegos creen que la economía y el empleo empeorarán en los próximos doce meses
Claudia Niubó, 13 may.- La población helena continúa siendo pesimista sobre la recuperación económica y política de su país a corto plazo. En un margen de doce meses, los griegos creen que lo peor está por llegar y ese sentimiento se aúna con un incremento constante de la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones nacionales y europeas.
El último informe del Eurobarómetro -herramienta que sirve a la Comisión Europea (CE) para elaborar estudios de opinión- publicado este lunes, recogió entre el 15 y 24 de marzo de este año la percepción, no muy alentadora, de la población helena sobre el estado de su país y su proyección en el futuro.
Según los datos, un 97% de la población opina que la situación actual de la economía es muy mala. En cuanto al futuro, las expectativas no son muy distintas: un 56% cree que la economía irá a peor en los próximos doce meses mientras un 60% prevé que, durante este período, el empleo seguirá aumentando.
Aunque el Gobierno del actual primer ministro conservador Andonis Samarás repita sin cesar que el país ya ha iniciado la senda de la recuperación y asegure que las medidas de austeridad ya son cosa del pasado, lo cierto es que más de la mitad de la población griega considera que lo peor está por llegar, concretamente un 64% según el informe de la CE.
Más de dos tercios de los griegos, un 65%, señalan al desempleo como el problema más grande al que se enfrenta el país actualmente, seguido de la situación económica, 47%, y el alza de las tasas, 21%.
La crisis económica, que ha castigado duramente al sur de Europa, ha causado una crisis de las instituciones políticas en esos países. La desconfianza en las instituciones nacionales e internacionales se ha disparado al mismo tiempo que el desempleo, y el descontento con las mismas ha aumentado exponencialmente.
A menos de una semana para la primera vuelta de las elecciones locales y regionales en Grecia, y a menos de dos semanas para las europeas, el Eurobarómetro proporciona los siguientes datos alarmantes: un 90% de la población helena asegura que no confía en el Ejecutivo, el mismo porcentaje que afirma desconfiar del Parlamento griego; asimismo, un 81% admite que no confía en la Unión Europea.
La elevada desafección política en el país podría tener espinosas consecuencias en los comicios que se presentan en los próximos días. Por una parte, la participación en las elecciones griegas y europeas podría ser muy baja o la abstención la opción mayoritaria.
Por otra, estos datos no hacen más que agravar los últimos acontecimientos que han puesto en el punto de mira al Ejecutivo heleno. En los últimos meses, las diferencias entre los dos socios del Gobierno, es decir, entre socialdemócratas Pasok y los conservadores de Nueva Democracia, se han puesto sobre la mesa hasta el punto de que varios de sus miembros han abandonado las filas. A día de hoy, cuentan con una mayoría parlamentaria de tan solo dos escaños (152 sobre 300).
Otro de los casos que ha zarandeado al Ejecutivo ha sido el vídeo difundido por el partido neonazi Amanecer Dorado (AD) entre un líder de la formación y el jefe de Gabinete del primer ministro Samarás. En éste se revelan supuestas presiones del Gobierno hacia la Justicia para mantener en prisión a los miembros de AD y así restarles popularidad en las encuestas.
Sin ir más lejos, ayer Peter Spiegel, periodista del Financial Times, revelaba las tácticas de los actuales partidos del Ejecutivo para deshacerse del ex primer ministro del Pasok Yorgos Papandréu cuando Grecia aplicaba el primer memorando. Estos tres casos son sólo algunos de los más destacados que han ocurrido en los últimos meses, los mismos que podrían alterar e incluso derribar la ya con pinzas estabilidad del actual Gobierno griego.