Reacción.

Mira que me lo dijo mi marido cuando me metí en esto del “columnismo”. “No esperes gustar a todo el mundo Lola, tienes que estar preparada para las críticas”. Y me lo corroboró la jefa el viernes pasado, cuando me escribió: “Acabo de aprobar un comentario que te pone a caldo, Lola”. ¡Ya está -me dije- esto ha sido por nombrar al Rey en la columna de la semana pasada!

Pues no. Bueno,… o sí, vete tu a saber, porque la verdad es que cuando leí el comentario me quedé un poco confundida. Decía así: “La verdad es que esto ya pasa de lo tolerable. Cuánto tiempo es necesario seguir aguantando cada viernes estas entregas del pensamiento reaccionario bajo la apariencia de bromas (sin gracia) y frivolidad.
Ya está bien.”

¿Pensamiento reaccionario? ¿yo?, ¿reaccionaria?. Pues qué quieres que te diga, hija, a mí lo de reaccionario siempre me ha sonado a conservador, a sieso, a carca. Pero como una siempre tiene la duda de que lo que entienda, sea lo correcto, y además cualquier excusa es buena para informarse, me he ido al Real Diccionario de la Lengua Española, a ver si es que estoy desencaminada.

Dice la Academia de la lengua que, reaccionario, es aquel que 1) Tiende a restablecer lo abolido. 2) Es opuesto a las innovaciones. y 3) Pertenece a la “reacción” (tendencia tradicionalista).
No sé tú que piensas, pero la verdad, yo, no me veo muy reflejada en estas definiciones. Te juro que me he releído todos los artículos que he escrito para ver donde me oponía yo a innovaciones o dónde se podía deducir de mis palabras que era tradicionalista.

¿O será por lo que dice la wikipedia de que los reaccionarios en la España del siglo XVIII se oponían a la ilustración y también se llamaba postura antifrancesa o castiza?. ¿Debo entender que se me critica que tenga una opinión crítica sobre las cosas que me pasan desde que vivo aquí?. O sea, por ejemplo, que me toque las narices que este país tengan una ley que diga que hay que cerrar todos los colegios dos días cuando hay elecciones, ¿quiere decir que tengo una postura antigriega? Porque anda que no he contado cosas buenas que también me han pasado (y anda que no he criticado cosas malas que tenemos nosotros).

La Wikipedia también dice que dentro de los movimientos políticos del siglo pasado, los marxistas llamaban reaccionarios a los anarquistas, los socialistas a los revisionistas, los bolcheviques a los mencheviques, los comunistas a los socialdemócratas, los trotskistas a los estalinistas, los maoístas a los comunistas y los anarquistas a todos los anteriores. Vamos, que para mí la mejor definición de reaccionario podría ser: “aquel que piensa que el que no tiene la misma opinión que él, es un reaccionario”.

Que conste que me parece de lo más comprensible que las cosas que yo cuento, y como las cuento, puedan no hacer gracia. Faltaría más. Ahí cada uno con lo suyo. Que hay gente que se troncha viendo vídeos en los que la gente se da unos tortazos tremendos, y oye, yo, como que no les pillo el punto. O que se parte de risa con algunos comentarios de políticos en campaña (bueno, ahí ya me puedo sumar más, porque hay cada uno y cada una…).

Lo de frivolidad ya me gusta más, fíjate. No creas, que también lo he mirado en el diccionario. Además tiene hasta una acepción para cuando se trata de una publicación, que es la que viene al cuento: “Que trata temas ligeros, con predominio de lo sensual”. Hombre, lo de sensual me parece que no, pero lo de temas ligeros, pues sí, para qué engañarnos. Que para temas pesados ya está la columna de la izquierda, donde nos cuentan los compañeros el maravilloso día a día económico y social del país en el que vivimos. Que para temas pesados ya está la vida misma. Que ya lo dije yo el primer día, que a mí lo que me habían pedido es que escribiera sobre la realidad de una expatriada recién llegada a Grecia. Sin palabrotas ni insultos, como me dijeron. Y eso es lo que hago.

Y si hoy estoy escribiendo esto en vez de contarte alguna curiosidad más que me haya llamado la atención, no es porque me molesten las críticas, que, al contrario, me encantan, es más, me dan mogollón de vidilla (y tema para la columna). Si lo hago -aparte de porque me ha dado permiso la jefa- es porque el comentario en cuestión no se refiere a nada concreto que haya dicho. ¿Que esto ya pasa de lo tolerable?. ¿Pero se puede saber qué es lo que pasa de lo tolerable? ¿El que yo cuente cosas que me pasan de la manera que me apetece? ¿El que intente, de una manera ligera, dar una información que me parece puede resultar curiosa y entretenida a alguien que se pueda encontrar en mi misma situación?.

Para lo de “cuánto tiempo es necesario seguir aguantando cada viernes estas entregas” sí que tengo una respuesta: nada de tiempo. Vamos, que yo sepa no se ha organizado en Grecia ningún movimiento torturador que obligue a nadie a tener que aguantar las chorradas de “La Lola”. Así que ahí lo tiene fácil y está en todo su derecho. No las aguante.

Pero lo que más me ha gustado del comentario ha sido la frase final. Ese “Ya está bien”. Pues si “ya está bien”, ¿qué hace leyendo lo que escrito, Don Alberto?, porque no quiero pensar que con ese “ya está bien” quiera usted decir que deje de contar lo que vivo y que lo haga a mi manera ¿no?. Porque eso sí que lo calificaría yo de pensamiento reaccionario.

¡Ah! y a las lectoras que salieron en mi defensa un beso y un brindis por el buen humor.

Lola Larreina para AtenasDigital.com