Grecia, entre la veteranía y el atrevimiento de la juventud
Andrés Mourenza. Atenas, (EFE).- Grecia completará en Brasil 2014 su tercera fase final mundialista, un torneo al que ha accedido después de superar en la repesca a Rumanía y con un bloque que aúna ilustres veteranos y representantes de la nueva generación de internacionales.
El cuadro heleno es una selección que hasta hace una década apenas entraba en quiniela alguna. Hasta la llegada en 2001 del alemán Otto Rehhagel, bautizado como ‘el káiser’, al banquillo de Grecia, los griegos jamás habían destacado en las principales competiciones internacionales de fútbol.
Sus únicas participaciones habían sido las de la Eurocopa de 1980 (en la que sólo lograron un punto) y el Mundial de 1994 (en el que no marcaron un sólo gol, recibieron diez y no puntuaron).
De la mano del entrenador alemán y su sistema de juego extremadamente defensivo, pero efectivo, Grecia se coronó campeona de Europa, contra todo pronóstico, en 2004.
Desde entonces, el combinado nacional griego se ha clasificado para las fases finales de todas las grandes citas del fútbol internacional (a excepción del Mundial de 2006).
En su participación mundialista de 2010, en Sudáfrica, Grecia quedó tercera del grupo B, tras ser derrotada por Corea del Sur y Argentina y vencer a Nigeria.
El aclamado técnico alemán de Grecia presentó su dimisión a raíz de la eliminación y fue sustituido por el portugués Fernando Santos, que tenía ya experiencia en Grecia tras haber entrenado a Panathinaikos, AEK de Atenas y PAOK de Salónica.
Aunque Santos quiso darle un toque más ofensivo al juego de los blanquiazules, el sistema heredado del káiser se ha mantenido, y la defensa se ha convertido en el pilar del juego griego.
De hecho, durante la fase clasificatoria para el Mundial de Brasil, Grecia fue uno de los equipos menos goleados de la sección europea, con sólo cuatro goles encajados en diez partidos, igual que Inglaterra, Ucrania y Bélgica, y sólo por detrás de España, con 3 goles en contra aunque en ocho partidos.
El grupo G en el que quedó encuadrada Grecia (junto a Bosnia, Eslovaquia, Lituania, Letonia y Liechtenstein) era a priori uno de los más débiles, pero los exyugoslavos dieron más guerra de lo prevista y, tras hacer la misma puntuación que los helenos (ocho victorias, una derrota y un empate), quedaron por encima merced a su mayor diferencia goleadora.
Así, Grecia hubo de enfrentarse a Rumanía en una repesca a doble partido en la que los de Fernando Santos fueron superiores. En la ida, disputada en El Pireo, los helenos marcaron tres goles -algo que no hacían en partido oficial desde hacía dos años- para ganar 3-1. En la vuelta se limitaron a gestionar el resultado y concluyeron 1-1.
En la fase de grupos, y sobre todo en los partidos de repesca (con tres tantos), ha brillado especialmente el nuevo ariete de la selección, Kostas Mitroglou, nacido en 1988 y que durante la temporada de liga despuntó tanto en el Olympiacos que en el mercado de invierno fue adquirido por el Fulham inglés.
Mitroglou ha sido duda para el técnico portugués hasta última hora ya que en el equipo británico apenas ha tenido minutos por una importante lesión, aunque ahora el jugador se dice completamente recuperado y «al cien por cien» para ayudar a Grecia.
De aquel inesperado triunfo en 2004, aún quedan los centrocampistas Kostas Katsouranis, de 34 años, y Giorgos Karagounis, de 37, entre los 23 hombres designados por Santos para viajar a Brasil.