VI LEA: Las café-entrevistas o la cara humana de la literatura
Linda Baseggio.- La café-entrevista, novedad de este VI festival de literatura en Atenas, ha permitido cortar la distancia entre el autor y el público en el ambiente relajado de la librería To Lexicopoleio (Stasinou, 13, Pangrati). Durante los tres encuentros, los lectores han podido escuchar y ver de cerca a los autores del LEA, hablar con ellos tomándose un café, comprar los libros y acercarse para que se los dedicaran. Ana de Miguel, directora de Atenas Digital, ha organizado las entrevistas como una charla entre amigos y las preguntas han permitido conocer algunos aspectos más íntimos del trabajo creativo, ahondando en la cotidianidad del autor en su doble faceta de persona y escritor.
Los protagonistas de la segunda café-entrevista, del miércoles 11 de junio, fueron los escritores españoles Olga Merino y Alfonso Mateo-Sagasta y el griego Dimitris Stefanaskis. Los tres novelistas dieron una clase de escritura creativa contando cómo se fraguaba el proceso de escritura, subrayando la importancia de la estructura, los personajes y la atención al detalle para dar la sensación de realismo en la novela histórica. Atención al detalle que implica un largo trabajo de investigación, que comprende muchas lecturas, entrevistas con testigos de la historia reciente, viajes. Ha sido interesante notar cómo, para los tres, la novela se escribe primero en la cabeza y luego, en un segundo momento, en el ordenador (o en el papel) y descubrir que la máxima del escritor español Miguel Delibes “una novela es un hombre, un paisaje y una emoción”, vale en su sencillez, hasta para obras muy complejas. Los aspirantes escritores han recibido, además, un óptimo consejo: cuidar la primera línea porque es dónde el 90% de las novelas fracasa. Si la primera línea funciona, concentrarse en el primer párrafo y en la última página, porque es lo que un editor empieza a leer.
El viernes fue el turno de los poetas. Las españolas Chantal Maillard y Flavia Company (de origen, respectivamente, belga y argentina), el colombiano William Ospina, el griego Dimitris Anguelís y el panameño Luis Pulido Ritter desvelaron los hilos que atan las parcas a los humanos y los que, más prosaicamente, las atan al marketing. La inspiración poética y la necesidad de la libertad en el hibridismo creativo, y de contra la constricción de las etiquetas impuestas por las editoriales de ciertos países y por las academias han sido algunos de los temas calientes que se han tratado en la charla. La siguiente presentación de una antología de la poesía hispana contemporánea en lengua griega ha dado ocasión para que se lindara el difícil arte de la traducción poética, imposible para algunos, debida y necesaria para otros.
Siempre interesante es la pregunta de Adriana Martínez, directora del Festival LEA y ejemplo de mujer que tiene que lidiar con muchos mundos a la vez (el profesional, el familiar, el creativo), acerca del método de trabajo utilizado. Distintas las respuestas: si unos novelistas y poetas hacen de la rutina su bandera, otros ven muy complicado encajar el tiempo de la escritura en la vida diaria, apañándose con momentos robados a otras actividades para mantener viva la llama de la inspiración.
Y precisamente con un análisis acerca del concepto de inspiración se cerró el encuentro poético: como dijo Flavia Company “la inspiración solo atraca a quienes han decidido vivir para ello (para escribir)”, lo cual se parece a la máxima del pintor Pablo Picasso: “las musas existen pero es mejor que te pillen trabajando”. Y, como añadió Chantal Maillard desde sus insondables ojos azules, “la (inspiración en ) poesía es un aliento: la inspiración es lo que entra y la respiración es lo que se expresa”.