La crisis obliga a los jóvenes a buscar empleos de baja calificación y con pocas perspectivas, según la CE
Claudia Niubó.- Los representantes de las instituciones europeas y gobiernos nacionales insisten en que la máxima «prioridad» que ocupa la agenda política es la creación de puestos de trabajo, en un momento en que la Unión Europea se enfrenta a altos índices de desempleo. Hasta ahora, las políticas aprobadas han dado pasos hacia atrás. En Grecia, la juventud se ha visto obligada en los últimos años a desempeñar empleos de baja calificación respecto a su formación, según un informe publicado por la Comisión Europea (CE).
La Comisión explica en su análisis que la crisis ha tenido duras repercusiones en el empleo juvenil. Las oportunidades de trabajo para los jóvenes conforman, a día de hoy, un escenario difícil: empleos de baja calificación, especialmente en sectores de hostelería y servicios, y con escasas perspectivas de futuro. Además, se ha observado un aumento del trabajo temporal y a tiempo parcial.
El desempleo juvenil en Grecia continúa siendo muy elevado. Según los datos de este junio, el paro afecta al 58,3% de la población activa de entre 15 y 24 años, un punto y medio por encima del dato de febrero de este mismo año, aunque un 1,6% menos que en marzo de 2013.
En la franja de edad comprendida entre los 25 y los 34 años, el desempleo se ha mantenido en junio estable respecto a febrero, situándose en el 35,5%, aunque la cifra supone un 1,4% más que el año pasado.
El informe clasifica a los 28 estados miembros en tres categorías, en función de las condiciones del mercado laboral. El primer grupo lo constituyen los países más afectados por la crisis económica, Grecia, España y Portugal, donde la práctica de recurrir a puestos de trabajos de menor calificación -respecto a la formación de los jóvenes- es más elevada.
En el segundo grupo, que corresponde a los países menos afectados por la coyuntura económica actual, se encuentran países tales como Suecia, Austria o Alemania. Por último, el tercer grupo incluye a países como Hungría, Polonia o Eslovaquia, donde hubo una escasez de puestos de trabajo altamente cualificados.
La ofertas de empleo se han reducido una media del 19% en el conjunto de la UE, adelanta el informe, mientras que las contrataciones han caído un 14%. Por su parte, la Comisión reconoce que las consecuencias han sido más graves en el los estados miembros del sur y del este de la UE, como Grecia, España, Rumanía, Eslovenia o Eslovaquia.