Una lectora nos cuenta su viaje a Epidauro
Diana Rodríguez.- Huyendo del calor de la ciudad y de las responsabilidades hogareñas, mi esposo y yo nos fuimos un fin de semana a Epidauro (Ἐπίδαυρος), al sur de la capital ateniense. Como motivo principal teníamos una presentación de la tragedia griega que tendría lugar en el teatro símbolo del país, así que con muchísima emoción emprendimos nuestro viaje, que hicimos por carretera con una duración de dos horas.
Nos fue difícil encontrar alojamiento pues cerramos la reserva con una semana de antelación. Les aconsejaría buscar un mes antes en Internet si su intención es visitar el área en el mes de Julio o Agosto.
El distrito se divide en 2 zonas: Nueva y Vieja Epidauro. El precio de las habitaciones en esta estación puede ser de 60 euros por noche si no buscas lujos, pero lo que sí se asegura es una vista sin límites del mar que, en cuanto despiertas, choca con tu vista y te hace sentir que el paraíso no es una utopía. El área de Nueva Epidauro es maravillosa para esto pues no es una zona muy poblada como la Vieja y en la cual disfrutarás de un desayuno al estilo americano con la arena acariciando tus pies. En el día puedes practicar el buceo en la Ciudad Hundida, la cual se encuentra a solo veinte metros de la orilla en Vieja Epidauro. Mi esposo se refiere a esta como ¨el establo hundido¨, no esperen una estructura imponente, así todo es una linda experiencia, si tienen gafas de sol polarizadas, podrán observar «el establo» desde la playa.
Para los que disfrutan de aguas cristalinas y tranquilidad les aconsejo una playa al final de la carretera que está a la izquierda del puerto de Vieja Epidauro, la cual encontrarán al divise de una iglesia santorinense. De las actividades nocturnas les recomiendo la feria de productos autóctonos que se celebra en el puerto de Vieja Epidauro y su sinfín de productos artesanales tales como jabones, joyería, vinos, quesos, todo mezclado con música en vivo en onda concierto que dura toda la noche. Para los más pequeños de la familia tienen un parque de diversiones que cuenta con modernos y tradicionales aparatos.
De la gastronomía les diré que, como amante de la cocina griega, jamás he probado tan exquisitos sabores como en la taberna de Mouria en Vieja Epidauro. En la entrada encuentras un pizarra con el nombre escrito a tiza, lo cual supone no es la gran cosa, pero avanzando encuentras un establecimiento a la sombra de un techado de uvas que no tiene comparación y por supuesto justo al lado del mar. Les aseguro que si van a las 6 de la tarde recibirán una atención de primera porque en los horarios picos el lugar se repleta con hambrientos turistas y locales; aún así ,vale la pena esperar por los sabrosos platillos, confeccionados con experiencia y pasión, no dejen de ir…
En respecto al teatro solo les digo que el lugar es bellísimo, pero les suplico se informen de las adaptaciones que les hacen a las magistrales obras, pues esta a la que asistimos «Prometeo Encadenado» fue un fiasco, una tortura solo acentuada por la lejanía de los subtítulos. A pesar de ello, pasamos un maravilloso fin de semana veraniego en un lugar bien al alcance de los capitalinos. Volveremos!
Si nos quieres contar tu experiencia por tierras griegas, mándanos un email con el texto a info@atenasdigital.com