Grecia conmemora los cuarenta años de la caída de la Junta de Coroneles
Yannis Chryssoverghis. Atenas, (EFE).- Grecia conmemora hoy día 23 de julio el cuarenta aniversario del fin de la Junta de los Coroneles, la dictadura liderada por Georgios Papadópulos que cayó después de siete años en el poder tras fracasar económica y políticamente.
La Dictadura de los Coroneles fue resultado de un largo periodo de inestabilidad política, que empezó con el fin de la ocupación nazi y duró tres décadas.
Este periodo había estado marcado por una guerra civil sangrienta (1946-1949) entre los guerrilleros comunistas, que habían liderado la lucha contra la ocupación, y el Gobierno monárquico regresado del exilio, que gozaba del apoyo activo del Reino Unido y de Estados Unidos.
A la derrota de los comunistas en 1949 siguió una década de Estado de excepción y de «caza de brujas» y la exigencia de la sociedad, harta de la represión, de democratización de la vida política a mediados de los años 60.
El golpe de Estado de los coroneles el 21 de abril 1967 es la respuesta a las aspiraciones democráticas de la sociedad en las que los militares ven una «conspiración comunista».
Miles de militantes de izquierda y del centro son detenidos y trasladados al antiguo campo de concentración para comunistas en la isla deshabitada de Gyaros (Mar Egeo) y a otras cárceles.
Hasta 1972, gracias al buen estado de la economía, la resistencia a la dictadura es esporádica y se limita a grupos de estudiantes e intelectuales, que son duramente reprimidos. Sin embargo, la Junta fracasa en su intento de legitimarse ante la sociedad.
A finales de 1972, la inflación, que durante cinco años había estado situada por debajo del 10%, se dispara al 30% y provoca una fuerte pérdida del poder adquisitivo de la población. Además, el recién nacido movimiento estudiantil contesta abiertamente a la dictadura.
«Los juicios de los opositores provocaron una crisis de conciencia en la sociedad que transformó el movimiento estudiantil en representante del malestar social», explica a Efe el profesor emérito de ciencias políticas en la Universidad Panteion de Atenas, Alkis Rigos.
Para retomar la iniciativa, el dictador Papadópulos anuncia la abolición de la monarquía, amnistía general para todos los presos políticos y proclama la liberalización del régimen.
«La mayoría de los políticos eran proclives al proceso de liberalización. Solo el movimiento estudiantil y los más apegados al régimen estaban en contra», precisa Rigos.
La contestación crece y culmina con la insurrección de la Universidad Politécnica de Atenas que fue brutalmente reprimida (oficialmente 23 muertos).
Los «halcones» del régimen destituyen a Papadópulos e intensifican la represión, pero no tienen respuestas a la crisis económica cada día más aguda. Según Alkis Rigos «la represión brutal de la insurrección de noviembre provocó la ruptura total entre la Junta y la sociedad».
Para conquistar la legitimidad, la Junta organiza el 15 de julio de 1974 un golpe de Estado en Chipre contra el presidente, el arzobispo Makarios III, con objetivo de anexionar la isla a Grecia.
Makarios huye al Reino Unido, ningún país reconoce el régimen de títeres impuesto en Chipre y Turquía invade el norte de la isla sin resistencia considerable por parte de las fuerzas de la Junta.
El régimen decreta en Grecia movilización general de las fuerzas armadas pero en los centros de acogida de los reservistas no hay uniformes, tampoco armas, ni siquiera comida. Además muchos reservistas están más interesados en derribar a la Junta que en hacer la guerra contra Turquía.
«El hecho de que los que habían hecho del patriotismo su ideología provocaran una invasión sin capacidad para hacerle frente quitó al régimen el último rastro de legitimidad», recalca Rigos.
El 23 de julio de 1974 cae la Junta de Coroneles, incapaz de gestionar la crisis internacional que ella misma ha desatado. Ante el vacío de poder, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas toma cartas en el asunto y decide pedir a los políticos formar un Gobierno civil.
En la madrugada de 24 de julio 1974 vuelve del exilio Konstantinos Karamanlís y se encarga de formar un Gobierno civil que lo primero que hace es restituir la Constitución, gestionar la crisis y legalizar el Partido Comunista, clandestino desde 1946.
Además convoca elecciones para el 17 de noviembre y un referendo sobre la abolición de la monarquía para el 8 de diciembre abriendo el paso para la aventura de la democracia.