Lesvos abre un nuevo centro de detención con duras críticas sobre el trato a inmigrantes
Claudia Niubó.- El país heleno ha abierto las puertas de un nuevo centro de detención de personas inmigrantes situado en la isla de Lesvos, en el noroeste del mar Egeo. El lugar se ha convertido en uno de los principales puntos de entrada a Europa de la población siria y afgana, principalmente, que huye de sus países. Años atrás, uno de los centros de detención de la isla se cerró debido a las condiciones inhumanas del mismo. No obstante, las críticas de organizaciones nacionales e internacionales sobre la gestión helena del trato a las personas inmigrantes y refugiadas no han hecho más que incrementar.
La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, fue la cara visible de la Unión Europea que en la jornada de este martes visitó, junto al ministro de Orden Público, Vassilis Kikilias, y el ministro de la Marina Mercante, Miltiades Varvitsiotis, el nuevo centro de detención en la isla de Lesvos. En su comparecencia expresó su satisfacción por el «claro progreso» que ha hecho Grecia en materia de migración y asilo. Asimismo, medios locales recogían el ‘post’ de la comisaría en su cuenta personal de Twitter, quien se refirió al nuevo centro como «un buen ejemplo de la cooperación entre la Unión Europea y Grecia».
Según el ministerio de Orden Público griego, el número de inmigrantes irregulares que llegan a Lesvos en barco desde Turquía se ha triplicado en un año. En junio de 2013, la Guardia Costera griega detuvo a 496 inmigrantes, mientras que en junio de este año el número llegó a 1.198.
Al término de la visita, Varvitsiotis dijo que «lo que necesitamos y estamos pidiendo en este momento es más dinero, no sólo para satisfacer las necesidades operativas sino también para satisfacer la hospitalidad y la acogida de los inmigrantes y refugiados». La declaración institucional se dirigía a todas las organizaciones nacionales e internacionales que han criticado las prácticas abusivas de las autoridades griegas en estos centros de detención.
Numerosas organizaciones de derechos humanos, incluidas Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Consejo de Europa, han denunciado la situación de los inmigrantes en estos centros y han pedido al Gobierno de Grecia una investigación en profundidad que por ahora no ha tenido lugar.
Ejemplos de sus denuncias son, por una parte, la ampliación de la legislación griega que ha tenido lugar este año y que permite la retención de inmigrantes indocumentados en estos centros hasta 18 meses. Los migrantes son detenidos indefinidamente hasta que son devueltos por la fuerza u optan por un retorno voluntario, explica Médicos del Mundo (MdM). Esta situación, según la ONG, “agrava aún más la situación desesperada de miles de migrantes en los centros de detención del país”. Es más, “la amenaza de la detención indefinida está siendo utilizada como medio de coerción», destaca. Por otra parte, hace escasos meses el movimiento antirracista KEERFA y la comunidad paquistaní en el país denunciaron que en los centros de detención de inmigrantes los internados sufren palizas de forma habitual e incluso torturas con electrodos.
Echando la vista atrás, hace tres años, la Comisión Europea admitió que su Agencia de Control de Fronteras (Frontex) enviaba a inmigrantes irregulares interceptados en sus operaciones a centros de detención griegos con condiciones “inaceptables”. Sin embargo, negó cualquier «responsabilidad» en las posibles vulneraciones de los derechos humanos que ocurren en estos centros y culpó a las autoridades helenas de las infracciones.
En la misma isla de Lesvos, en 2009, se cerró un centro de detención que concentraba a 900 personas, cuando su capacidad real era de 150. El centro fue denunciado por organizaciones como Médicos Sin Fronteras, ACNUR y la plataforma Noborders Lesvos. En aquella ocasión, más de un centenar de niños se pusieron en varias ocasiones en huelga de hambre. El Gobierno griego decidió finalmente cerrar el centro, que recibió algunas de las más graves acusaciones de derechos humanos que se han dado en Europa en los últimos años.
Las rutas marítimas se vuelven más peligrosas
Las fronteras terrestres para entrar en el país heleno han reforzado su seguridad, por lo que la entrada a través de rutas marítimas se ha convertido en la práctica más común para lograr alcanzar tierras helenas. Sin embargo, también por vía marítima se ha incrementado la vigilancia para evitar que los migrantes entren irregularmente en el país. En este último caso, el procedimiento seguido por los guardacostas griegos está siendo altamente criticado por diversas organizaciones que acusan a la autoridades marítimas de maltratar a los recién llegados y poner en práctica lo que se ha denominado como push-back, es decir, empujar a las embarcaciones de vuelta a costas turcas sin seguir un procedimiento adecuado y, en ocasiones, poniendo en riesgo la vida de las personas a bordo.
La ONG Amnistía Internacional (AI) llevó a cabo una investigación sobre esta práctica en la que constató que las operaciones de push-back en Grecia son una rutina y una práctica extendida. No obstante, a pesar de la publicación de diversos informes y denuncias internacionales, las autoridades griegas niegan estas prácticas o señalan que, en el caso de que ocurran, no son más que “incidentes aislados”. Cabe destacar que la deportación de un grupo de personas sin tener en cuenta cada caso individual es una expulsión colectiva y está prohibida por el derecho internacional.
En un reciente informe, AI se hacía eco del aumento de refugiados e inmigrantes que toman la ruta del mar, más peligrosa que la terrestre, hacia las islas griegas. Según la policía griega, el número de inmigrantes detenidos en las islas griegas o en el mar Egeo se elevó de 169 en 2012 a 3.265 en 2013.
Aumentan los flujos migratorios en la UE
En febrero de este año, la Agencia Frontex anunció que la entrada de inmigrantes irregulares en países de la Unión Europea (UE) había aumentado un 48% en 2013, respecto a 2012, un incremento que en su opinión se debe al éxodo de personas sirias e iraquíes que huyen del conflicto en su país.
La misma fuente contabilizó un total de 344.000 residencias irregulares de personas procedentes de países extracomunitarios y un aumento de las solicitudes de asilo (más de 350.000), en un 32% respecto al mismo periodo de 2012.
La subida más significativa de entradas se produjo en los países del Mediterráneo central con 40.000 casos, un 288% más que en 2012, ya que se trata de la principal ruta que los refugiados procedentes de Siria y el cuerno de África (Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Uganda, Kenia, Eritrea y Etiopía) toman para entrar en Europa.