Grecia y troika preparan la evaluación del programa de ajuste
Atenas, (EFE).- Representantes del Gobierno griego y la troika de acreedores se reúnen a partir de mañana en París para intentar allanar el terreno de cara a la próxima evaluación del programa de reformas heleno, de la que dependerá si Atenas puede emprender una política más centrada en relanzar la economía.
Grecia ha pedido celebrar esta primera reunión en «terreno neutral» para dejar algunos temas encarrilados y reducir así la tensión que se genera cada vez que la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) inicia una nueva misión en Atenas.
Por la parte griega asistirán a las negociaciones los ministros de Finanzas, Reforma Administrativa, Fomento y Trabajo, que tendrán lugar del martes hasta el jueves en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Los acreedores estarán presentes con los jefes de misión de la troika.
Los objetivos principales de Grecia son lograr que la troika de luz verde al alivio de la presión fiscal, que el Gobierno de Andonis Samarás ve como condición necesaria para reactivar el crecimiento.
Además, Grecia espera que una vez concluida esta quinta revisión del programa de reformas, antes de finales de año, los acreedores acepten alguna forma de alivio de la deuda pública, algo que está contemplado en el memorando suscrito con la troika para el caso de que Atenas cumpla con todos los requisitos que se le impusieron a cambio del segundo rescate por valor de 130.000 millones de euros.
A cambio de permitir un alivio de la presión fiscal, la troika pone como condición sine qua non que se mantengan los objetivos financieros del programa de rescate, que prevé un superávit primario (que excluye el pago de intereses) del 1,5% del PIB en 2014, del 3% en 2015 y del 4,5% en 2016.
Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) exige nuevas medidas de recortes para hacer frente a la brecha financiera en los presupuestos de 2015 y 2016, que el Fondo estima en 11.100 millones de euros.
El Gobierno, en cambio, parte de que en 2015 no habrá tal brecha financiera si Grecia baja los impuestos, pues esto desencadenaría en un aumento de la actividad económica y, en consecuencia, de los ingresos públicos.
La coalición gubernamental de conservadores y socialdemócratas se ha propuesto reducir algunas de las tasas extraordinarias impuestas al comienzo del memorando como, por ejemplo, la tasa especial de solidaridad o el impuesto especial sobre el fuel calefactor, pero también bajar el IVA o el IRPF.
La troika exige también al Gobierno cumplir sus promesas de despedir a 15.000 funcionarios hasta el fin de 2014. Para conseguir este objetivo faltan 6.500 despidos, pero muchos ministros son reacios a esta medida.
El FMI quiere asimismo la liberalización completa de los despidos colectivos en el sector privado y nuevos recortes de las pensiones, medidas a las cuales se opone el socio socialdemócrata, Pasok.
Otro tema de fricción entre el Gobierno y la troika son los desahucios y las deudas morosas.
Ante el problema de capital que ha causado a la banca y a la Hacienda pública el crecimiento exponencial de las hipotecas y de las deudas morosas, los acreedores exigen levantar la prohibición de desahucios que todavía rige para las primeras residencias.
Samarás y su equipo esperan obtener este balón de oxígeno de la troika para recuperar la confianza de una población castigada desde hace cuatro años por unos ajustes draconianos.