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Otoño

septiembre 26, 2014 7 Columnas, La Lola se va a los puertos, Lo Ultimo 1 comentario

Bueno, pues por fin he asistido a un espectáculo en el teatro Herodes Attikous. Impresionante el sitio. Se respira Grecia clásica. Eso sí, el concierto llega a durar cinco minutos más, y me subo a la Acrópolis y me tiro. Dos horas y media sentada en el mármol (con unos pequeños cojines), sin respaldo y con los pies del de atrás en tus riñones y la espalda del de alante en tus rodillas.

La lola

La lola

Y con fresquito. El día anterior habíamos estado a 34 grados, pero hija, ha sido entrar oficialmente el otoño y han bajado las temperaturas y se ha puesto a llover. Qué exactitud. Se nota que aquí son muy “ortodoxos”.

Y el espectáculo en cuestión…Sí, vale, precioso eso de oír a una orquesta tocando música griega de un conocidísimo compositor, pero como una no es especialmente ducha en la materia, pues me pareció tirando a soso. Yo no hacía más que pensar en Sara Baras y en su espectáculo cancelado… pero claro, todo es cuestión de gustos. La gente aplaudía a rabiar, o sea, que debían ser buenos. Yo, en cuanto sonó la última nota y el director de la orquesta hizo “mutis por el foro”, me levanté para irme, y los de mi alrededor se levantaron también, pero para aplaudir. Y volvió a salir. Tres veces. Ahora, reconozco que era, como se suele decir “un marco incomparable”. La próxima vez elegiremos algo más acorde con nuestros gustos, y compraremos las entradas en la fila 19, que tiene respaldo, para que lo sepáis. Y cenaremos antes.

La verdad es que son preciosos estos teatros griegos. Impresionan. Y para impresión, la que se debió llevar el director de cine alemán al que detuvieron en el teatro de Epidauro la semana pasada. Por lo visto el hombre tenía todos sus permisos en regla para rodar un documental en el lugar, que además es la otra sede del Festival de verano de Atenas . Tuvo que esperar a que se quedara vacío tras una representación para poder empezar su trabajo, y todo estaba bien hasta que una de las actrices salió a interpretar su papel… desnuda. Un guarda de los que estaba allí lo vio y llegó a la conclusión de que un desnudo era una terrible afrenta a tan histórico lugar. Llamó a la policía y se llevaron detenido al director, que no debía dar crédito. El hombre y su equipo pasaron la noche en la comisaría de la ciudad de Nauplio y por la mañana comparecieron ante el “Tribunal de delitos flagrantes”. Afortunadamente el juez debía tener un coeficiente intelectual normal (no como el guarda) y poco menos que dijo “que pase el siguiente”.

Y es que hay gente que no está bien de la azotea. Leyendo “este nuestro periódico”, me encontré con unas de esas noticias que me hace pensar que deberían poner algún tipo de “examen de capacidades intelectuales mínimas” para ser político, y aquí incluyo también a España, por supuesto, que la mayoría de los nuestros no se caracterizan tampoco por su brillantez. La cuestión es que un tal Andonis Yeoryiadis, portavoz parlamentario de Nea Democratía (el partido del gobierno) y anterior ministro de sanidad, declaró, con motivo de los resultados de las encuestas que dan una clara ventaja a Syriza, que pensaba sacar de Grecia todos sus depósitos bancarios si ganaba el partido de izquierdas. Muy bien Andonis, tú tranquilizando a la gente. Que viene el lobo ¿no?. Sobre todo, haciendo patria.

Cambiando de tercio te diré que ya hemos cambiado de estación y yo no he logrado perder ni un gramo, como me había propuesto. Y es que con el otoño también llega el reencuentro de las expatriadas y las citas para tomar un café, para comer, para cenar… es un no parar y una no tiene la voluntad de hierro. Claro que el otro día leí un artículo que me dio que pensar: contaba que hay gente que está “falsamente” delgada. Fíjate tú. Por lo visto existen personas que, aunque se compren la talla S de Zara, acumulan un montón de grasa en arterias y órganos vitales que les hacen estar expuestos a los mismos peligros que los obesos. “Gordiflacos”, los llamaba el artículo.

Así que yo, que me he hecho análisis hace poco y estoy como una rosa, gracias a los dioses del olimpo, he decidido que, mal que no me pueda meter ni en la talla L de todo el emporio del señor Amancio Ortega, no es que tenga sobrepeso, es que soy “flaquigorda”. Vamos, que tú me ves y te puedes creer que se me olvidó quitarme el flotador el último día de playa, pero eso es una impresión tuya, porque yo por dentro estoy delgada.

Y es que, coñas aparte (bueno, coñas las mías, que el artículo era totalmente serio y si no te lo crees compruébalo aquí), lo importante es tener salud. Y por eso, para celebrar que yo la tengo y para solidarizarme con tantas mujeres que no tienen esa suerte, el domingo me bajo con toda la familia al centro de Atenas (salida desde Zapionn, a las 10 de la mañana) a participar en la carrera “Race for the cure” (corre por la curación)  que se organiza para recaudar fondos para estudios sobre el cáncer de mama.

Se puede correr, o se puede andar, que será mi caso, porque aunque esté delgada por dentro, esta falsa gordura exterior no me deja hacer muchos excesos. Nos vemos allí.

Lola Larreina para AtenasDigital.com

Hay 1 comentario en esta entrada:

  1. O. dice:

    Me hubiera encantado estar en ese teatro!!!, aún con frío, y mala posición!!!! Experimentarlo ha tenido que ser fantástico.
    Buena suerte el domingo…..andando o corriendo todo por una buena causa.

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