Rutas turísticas muestran la Atenas de los sin techo, ciudadanos «invisibles»
Remei Calabuig. Atenas, (EFE).- Luce camisa y aunque confiesa sentirse un poco nervioso, su rostro refleja la ilusión de cuando se empieza algo nuevo. Es el primer día de Lambros, sin techo desde hace tres años, como guía turístico en Atenas.
El proyecto «Rutas invisibles» es una iniciativa de Sjedía, la revista de la calle que diariamente venden ciudadanos griegos como Lambros, que a sus 52 años ha sufrido en tres ocasiones la embestida de la crisis tras vivir los terremotos económicos en Brasil, Argentina y ahora en Grecia.
Sin embargo, Lambros no enseña la Atenas monumental, famosa en todo el mundo, sino otros lugares ubicados también en el corazón de la ciudad pero mucho menos conocidos: los comedores sociales, los albergues y las organizaciones dedicadas a las personas sin hogar y a los drogodependientes.
Este técnico en veterinaria, además de griego, habla español, portugués e italiano y por eso ha sido uno de los elegidos por la dirección de la revista, junto con Jristos y Yannis, para poner en marcha un proyecto que ha visto la luz hace apenas dos semanas.
Lambros explica a Efe que el objetivo de estas rutas es «mostrar el otro lado de la ciudad» para que sus habitantes sepan «cómo es la vida del griego que lo está pasando mal».
Cada visita está personalizada en función de su guía y en el caso de Lambros tiene tres paradas destacadas.
La primera es el hotel Ionis, donde Lambros empieza la ruta presentándose y contando cómo la vida le ha llevado a este albergue municipal, tras trabajar 15 años en una cadena hotelera, y sucumbir a las embestidas de la crisis. Su casa es la primera parada y buena parte del grupo de 17 personas se interesa por los servicios a los que tiene acceso.
«Vivimos aquí y no sabemos nada de todo esto», afirma María Dimitrakaki, una pensionista que conoció las rutas a través de la publicidad en Sjedía y decidió apuntarse. Para ella los 6 euros que cuesta el tour son una forma de que participe «la gente que quiere ayudar y no sabe cómo hacerlo». La mitad de este dinero es para el guía y los tres euros restantes para la revista, que también ofrece cuotas reducidas para pensionistas y desempleados.
Contestadas todas las dudas del grupo, la visita continúa hasta la cercana plaza Vazi, sede de una organización de ayuda a drogodependientes, y luego hacia el teatro nacional de Atenas.
Nada más ser acogido en el albergue, Lambros entró en «Kiada», el grupo de teatro de los sin techo que nació hace tres años como una iniciativa pionera en Europa.
«El teatro me ayudó mucho a superar el miedo», asegura. Por ello, se extiende más en esta explicación e invita a intervenir al director del grupo de teatro, Panagiotis Dorlis, que relata al resto algunas curiosidades sobre el edificio neoclásico. «Participo en cada cosa nueva ligada a las personas necesitadas. Quiero verlo por mí mismo y si pienso que vale la pena, lo apoyo para que salga adelante», comenta a Efe Dorlis.
La visita se encamina después hacia el comedor social, donde Lambros fue voluntario durante un año y medio y pasa también por otras organizaciones de apoyo social como el centro de Médicos del Mundo.
Por el camino, María y Ioanna Paliura, hermanas gemelas que enseñan griego aunque ahora están en paro, comentan que esta ruta es «lo más interesante» que se puede hacer actualmente en Atenas. «Es una forma diferente de ver la ciudad porque cuando salgo a pasear siempre veo lo mismo», comenta María.
Para mostrar esta otra realidad los guías han estado cerca de cuatro meses informándose sobre todas las organizaciones sociales que trabajan con gente necesitada y han recibido clases de una empresa que ofrece rutas turísticas sobre los edificios que enseñan. Y no solo contarlo, sino para hacerlo del mejor modo posible, el autor griego Vasilis Alexandris les ha dado consejos sobre técnicas de narración.
Así lo explica a Efe Yorgos Arapoglu, que participa en el recorrido como uno de los responsables del proyecto. Según cuenta, la idea surgió de la mano de la red internacional de periódicos de la calle que desarrolló las rutas con gran éxito en países como Alemania, Estados Unidos y Sudáfrica.
Hace unos meses, Arapoglu viajó con una delegación de Sjedía a Hamburgo y algunas ciudades de Reino Unido para ver cómo habían llevado a cabo el proyecto y «copiarlo a la manera griega». El gran capital del proyecto, dice, son sus guías, los cuales «muestran su alma en cada ruta».
Aunque por ahora solo se realizan los sábados por la mañana, la intención de los organizadores (www.shedia.gr) es ampliar las visitas a otros días de la semana e involucrar a más vendedores para que estudiantes y extranjeros conozcan la Atenas de los invisibles griegos.