1-1. Finlandia y Grecia firman un justo empate que beneficia a los nórdicos
Juanjo Galán. Helsinki, (EFE).- Finlandia y Grecia firmaron un justo empate (1-1) en el Estadio Olímpico de Helsinki en un partido con más emoción que buen fútbol, perteneciente a la segunda jornada del Grupo F de clasificación para la Eurocopa de 2016.
Con este resultado, Finlandia mantiene su condición de invicto en casa frente a los helenos, quienes nunca han logrado vencer a los nórdicos a domicilio, y suma un valioso punto contra el rival más complicado del grupo que le sitúa en segunda posición de la tabla.
Por su parte, Grecia se complica la clasificación para la Eurocopa de Francia, ya que sólo ha logrado un punto en dos partidos y es cuarta por detrás de Irlanda del Norte, Finlandia y Rumanía.
El conjunto finlandés saltó al terreno de juego sin complejos pese a la teórica superioridad del rival, campeona de Europa en 2004, y empezó a acercarse con peligro a la meta griega desde el pitido inicial.
La primera ocasión clara de gol de los locales sólo tardó dos minutos en llegar, pero el remate cruzado de Sparv a la salida de un córner se fue rozando el poste izquierdo de Karnezis.
Grecia se resintió de las bajas de varios jugadores importantes como Holebás, Tzavelas o Papadopoulos, y le costó coger el ritmo al partido.
Los helenos, dirigidos por el italiano Claudio Ranieri, no lograban crear peligro en ataque y en defensa se replegaban a su campo acumulando hombres frente al área para intentar frenar el empuje local.
Sin embargo, mediada la primera parte Grecia empezó a adelantar las líneas y a hacerse con el control del balón, ahogando las salidas de los finlandeses.
Fruto de esa mayor presión llegó el primer gol del encuentro. Karedis recibió un balón en el vértice del área local y lanzó un fuerte zurdazo cruzado que atravesó el muro defensivo finlandés para colarse en la portería de Mäenpää.
Con el marcador en contra, Finlandia volvió a tomar la iniciativa y atacó buscando el empate, pero la férrea defensa helena desbarató todos los intentos locales.
Tras el descanso, el seleccionador finlandés, Mixu Paatelainen, optó por aumentar el potencial ofensivo y dio entrada al delantero del Lech Poznan polaco Kasper Hämäläinen en sustitución del centrocampista Perparim Hetemaj.
Los locales encerraron en su campo a Grecia, que formó un muro de dos líneas para abortar el vendaval ofensivo finlandés, pero el equipo heleno está lejos de ser ese conjunto casi infranqueable que logró la Eurocopa hace diez años.
Al cuarto intento tras la reanudación, Finlandia trenzó una jugada en la banda izquierda que terminó en un pase al lateral derecho Jarkko Hurme, quien totalmente solo dentro del área batió a Karnezis de un derechazo.
Envalentonados por el empate, los finlandeses siguieron acercándose con peligro a la meta visitante aprovechando los espacios que dejaba Grecia, que tampoco se conformaba con el empate.
El partido se volvió vibrante, con ataques continuos por parte de ambos equipos que hacían presagiar que el duelo no acabaría en tablas.
Sin embargo, no fue así y el marcador ya no se movió, pese a que Ranieri dio entrada en las postrimerías del encuentro a los atacantes Samaras y Mitroglou.