Amal Alamuddin analiza en Atenas el retorno de los mármoles del Partenón
Atenas, (EFE).- La abogada y esposa de Georges Clooney, Amal Alamuddin, y dos especialistas en derecho internacional, analizan a partir de hoy en Atenas las posibilidades de Grecia de recuperar los mármoles del Partenón del Museo Británico, un asunto que distintos gobiernos helenos vienen reclamando desde hace tiempo.
El actual Gobierno griego espera que Amal Alamuddin, gracias a la publicidad que le confiere su reciente matrimonio con Clooney, dará un impulso a esta vieja reclamación griega.
Alamuddin fue una de los redactores de un informe sobre los mármoles de Partenón en 2011, preparado por los bufetes de Geoffrey Robertson y de Norman Palmer, los dos expertos que encabezan esta misión. Robertson es un abogado con experiencia en estos asuntos, pues contribuyó a la recuperación de tesoros de los aborígenes de Tasmania por el Museo Británico de Historia Natural.Norman Palmer es experto en derecho internacional y en temas relacionados con el patrimonio cultural. Los tres abogados tienen la nacionalidad británica, lo que no ha despertado precisamente las simpatías entre la prensa del Reino Unido.
Con no poca sorna el británico Times comentaba recientemente esta visita diciendo que la señora Clooney no solo «nos ha quitado al hombre más guapo sino que nos quiere robar los mármoles».
La reivindicación de los mármoles de Partenón empezó en 1982 y fue impulsada por la entonces ministra de Cultura en el gobierno socialista de Andreas Papandreu, la actriz Melina Mercuri. Tras la muerte de Melina Mercuri en 1994 la campaña griega fue prácticamente abandonada.
La organización de los Juegos Olímpicos de 2004 por Atenas y la construcción del nuevo Museo de Acrópolis resucitó esta reivindicación.
El Ejecutivo griego de entonces propuso incluso que los mármoles continuaran en propiedad del Museo Británico y que tan solo fueran prestados por un periodo indefinido al Museo de Acrópolis.
La propuesta fue rechazada por el Museo Británico que temía una avalancha de reclamaciones similares por otros países si cedía a la reclamación griega.
Hasta ahora Grecia no ha dado el paso de llevar este caso ante la justicia internacional.
Según los medios locales, el ministerio de Cultura griego no descarta contratar a Alamuddín como asesora jurídica «cuando sea oportuno presentar un recurso».
Los mármoles viajaron al Reino Unido a principios del siglo XIX (1801-1805) cuando el embajador británico del Imperio Otomano, Thomas Bruce, más conocido como Lord Elgin, -que se definía como un amante de las antigüedades-, consiguió el permiso del Sultán para llevarse parte de las metopas y del friso interior del Partenón.
Entonces, Elgin mandó arrancar gran parte del friso interior, cortar las metopas para separarlas del alto relieve -lo que provocó la mutilación de muchas esculturas-, y se adueñó de otras, como una de las cariátides del Erecteion y varias piezas de los Propileos y del Templo de Atenea Niké, todos en la Acrópolis.
En 1816 Elgin vendió las piezas a su Gobierno por 35.000 libras en medio de una gran polémica, pues se dudaba de que el permiso imperial le hubiese dado vía libre para trasladar tales obras.
Finalmente, la Cámara de los Lores dio por aclarado el asunto y la colección llegó al Museo Británico que en 1939 inauguró una sala exclusiva para exponer las esculturas: 75 metros de friso (de los 160 que tenía originalmente), 15 de las 92 metopas y 17 esculturas de los pedimentos.
«El regreso significaría la reunificación de las obras maestras separadas y, por primera vez después de 200 años, los visitantes del Museo de la Acrópolis y los especialistas tendrían la oportunidad de tener una visión completa de la decoración escultórica de algunas de las principales piezas de arte clásico», declaró en una reciente entrevista el director del Museo de la Acrópolis, Dimitrios Pandermalis.