Judicialmente Grecia podría lograr mármoles del Partenón, según sus abogados
Atenas, (EFE).- Grecia tiene opciones de recuperar los mármoles del Partenón por la vía judicial si no llegase a un acuerdo amistoso con el Museo Británico, según dijo hoy en Atenas el equipo de abogados que lleva el caso, entre ellos Amal Clooney.
Después de tres días de entrevistas con el Gobierno -la última reunión tuvo lugar hoy con el primer ministro y antiguo ministro de Cultura, Andonis Samarás-, el prestigioso equipo de abogados británico dejó entrever que su recomendación sería recurrir a los tribunales.
No obstante, ninguno de los tres expertos en derecho internacional quiso pronunciarse tan abiertamente a favor de esta opción, habida cuenta de las reticencias que tiene el Gobierno de Atenas, cuyo ministro de Cultura, Kostas Tasulas, dejó claro que por ahora la vía legal no se plantea.
«No hemos decidido acudir a los tribunales, sino que hemos pedido la mediación de la Unesco y asesoría legal, de abogados del Reino Unido… Por ahora ni siquiera hay respuesta del Reino Unido, estamos todavía en el punto cero», dijo Tasulas en la rueda de prensa que tuvo lugar al final de esa visita, en la que la abogada Amal Clooney acaparó gran parte de la atención mediática.
La abogada, que trabaja desde hace tres años en el tema de las reclamaciones de Grecia, supo aprovechar para la causa helena el protagonismo que ha cobrado tras su reciente matrimonio con el actor estadounidense George Clooney.
«Es un problema que puede resolverse en beneficio de ambas partes. Grecia puede ofrecer otras esculturas a cambio», dijo Clooney, quien, al igual que el jefe del bufete de abogados, Norman Palmer, y el tercer letrado, Geoffrey Robertson, no quiso desvelar detalles de su estrategia legal.
Además, recalcó la importancia de que los mármoles del frisio del Partenón regresen a Atenas, «cuna de la civilización moderna», y de que se reunifiquen con el resto del templo, ubicado en el Museo de la Acrópolis, construido hace cinco años expresamente para demostrar a los británicos que Grecia es capaz de ofrecer un lugar digno a estas joyas históricas.
Los tres abogados hicieron hincapié en que la devolución de estas piezas no tiene por qué sentar precedentes legales para otros casos y recalcaron que se trata de un caso «excepcional» por no tratase del retorno de un tesoro completo sino de la «reunificación» de un monumento, cuya parte principal se encuentra en Grecia.
«Los mármoles figuran en el ‘top ten’ de obras artísticas. El Museo Británico tiene que reconocer esto y devolverlos», insistió «la señora Clooney», como la presentaron oficialmente los anfitriones.
El único que fue claro a la hora de pedir la actuación legal contra el Museo Británico fue el presidente de la Asociación Internacional para el Retorno de los Mármoles, David Hill, quien dijo que todas las negociaciones han fracasado hasta ahora.
El Museo Británico «ha ignorado» la voluntad de los propios británicos, que desde 1998 vienen manifestándose mayoritariamente a favor de devolver las piezas a Grecia, la última vez en una encuesta de The Guardian, con un respaldo del 80%, señaló Hill, para añadir que por eso él recomienda al Gobierno heleno que emplee «todas las posibilidades legales, que las tiene».
Robertson, por su parte, recordó que las piezas se encuentran en el Museo Británico porque Lord Elgin, «que estaba en quiebra», abusó de su puesto como embajador en el imperio otomano para obtener la licencia que le permitiera llevarse parte de los mármoles. En lugar de eso, los arrancó y los vendió al Museo Británico, explicó Robertson, para añadir que si esto hubiera ocurrido «en nuestros tiempos, Elgin estaría en la cárcel».
Los mármoles viajaron al Reino Unido a principios del siglo XIX (1801-1805) cuando el embajador británico del Imperio Otomano, Thomas Bruce, más conocido como Lord Elgin, -que se definía como un amante de las antigüedades-, consiguió el permiso del Sultán para llevarse parte de las metopas y del friso interior del Partenón.
Entonces, Elgin mandó arrancar gran parte del friso interior, cortar las metopas para separarlas del alto relieve -lo que provocó la mutilación de muchas esculturas-, y se adueñó de otras, como una de las cariátides del Erecteion y varias piezas de los Propileos y del Templo de Atenea Niké, todos en la Acrópolis.
En 1816 Elgin vendió las piezas a su Gobierno por 35.000 libras en medio de una gran polémica, pues se dudaba de que el permiso imperial le hubiese dado vía libre para trasladar tales obras.
Grecia lleva reclamando -sin éxito- su devolución desde 1982.