Grecia espera apuntalar la salida del rescate tras buenos resultados de la banca
Atenas, (EFE).- El Gobierno del primer ministro griego, Andonis Samarás, confía en que los buenos resultados de la banca helena en las pruebas de solvencia sirvan para acelerar las negociaciones con los acreedores y apuntalar la salida de Grecia del programa de rescate a partir del próximo año.
Si bien las pruebas del Banco Central Europeo (BCE) dieron suspensos a tres de los cuatro bancos sistémicos de Grecia, solo dos, el National Bank of Greece y el Eurobank, arrojaron necesidades de capitalización.
Aunque en los resultados del test se habla de un monto de casi 3.000 millones de euros, ambos bancos se apresuraron a aclarar ayer mismo que las necesidades son prácticamente nulas, pues las pruebas se realizaron en base a los datos financieros de finales de 2013 y, mientras tanto, todas las entidades financieras helenas han acometido amplios planes de recapitalización y reestructuración.
La edición digital del portal económico Capital.gr destaca hoy que el análisis estático del BCE arroja para la banca griega déficits acumulados de 8.600 millones de euros a finales de 2013, es decir, la sitúa entre las peores de la eurozona.
La versión dinámica, que tiene en cuenta las operaciones de recapitalización y de reestructuración, en cambio, muestra un superávit de 4.550 millones de euros.
A partir de hoy, dice Capital.gr, serán los mercados los que, a la luz de las pruebas, harán su propio análisis del estado de salud de los bancos griegos.
En los primeros compases de la negociación, el índice general de la Bolsa de Atenas parecía dar un aprobado a los test, al superar los 1.000 puntos y subir un 2,68%.
El Gobierno adelantó ya ayer que espera no tener que recurrir a las reservas de 11.400 millones de euros que siguen en el Fondo de Estabilidad Financiera del Estado Heleno (HFSF, por sus siglas en inglés).
El Gobierno ha dejado entrever ya a lo largo de las últimas semanas que espera que ese fondo pueda ser utilizado para reducir la carga de la deuda, lo que facilitaría enormemente las negociaciones sobre este aspecto con la troika, formada por la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según el diario económico Naftemporiki, el uso de estos fondos para recortar la deuda, la reduciría automáticamente en seis puntos porcentuales, siempre y cuando el Gobierno no cometa errores como el de una salida prematura a los mercados, lo que desbarataría nuevamente las cuentas.
Pero esa ese es precisamente uno de los objetivos que se había puesto el equipo de Andonis Samarás para apuntalar su independencia de los acreedores y posibilitar la salida definitiva del rescate.
Tras el repunte de los bonos a diez años en el mercado secundario, con rendimientos que llegaron a superar los nueve puntos porcentuales, el Gobierno de Atenas parece haber emprendido un camino más cauteloso e incluso ha aceptado la propuesta de los acreedores de aceptar una «ayuda preventiva».
Según los planes filtrados a la prensa, la idea es aportar esos 11.400 millones de euros como colchón a ese crédito «preventivo», fondos que solo se utilizarían en caso de que el Estado no pueda financiarse por si mismo en los mercados a un precio razonable.
De esa forma, todo lo que no se utilice de esa ayuda serviría para reducir el peso de la deuda y hacerla «sostenible», uno de los principales objetivos de cara a recibir el aprobado de la troika.
Para poder abandonar el rescate a partir de enero próximo, el Gobierno debe además prescindir del último tramo del crédito del FMI por valor de 12.500 millones de euros, pues solo la parte europea del programa vence a finales de este año, mientras que la del Fondo continúa hasta 2016.
Según informaciones de la prensa local, el Gobierno piensa recuperar esa cantidad a través de los mercados, siempre y cuando el rendimiento de los bonos que emita no superen el 3,6%. De lo contrario, recurriría a la citada ayuda preventiva.
A diferencia de un programa de rescate de corte tradicional, esta línea preventiva de ayuda no iría vinculada a un programa de ajuste, según ha indicado el Gobierno, aunque el acceso a ella sí está condicionado a que se den una serie de condiciones.
En primer lugar, Grecia debe haber cumplido todas las reformas estructurales del segundo rescate y, en segundo lugar, Atenas solo podrá recibir esa ayuda preventiva si los tipos de interés en los mercados no suben por errores propios, por ejemplo de incumplimiento de medidas, sino por turbulencias de carácter internacional.
La coalición de Gobierno entre conservadores y socialdemócratas esperan concluir las negociaciones con la troika, que se retomarán en las próximas dos semanas, hasta el 8 de diciembre, día en que se reúne e Eurogrupo