Huelga de hambre en un centro de detención de Grecia tras morir un inmigrante
Atenas, (EFE).- Cientos de inmigrantes del centro de detención de Amygdaleza, a 10 kilómetros de Atenas, secundan una huelga de hambre en protesta por la muerte de un interno y para exigir el cierre de estos lugares, donde, según las ONG, a menudo se violan las libertades fundamentales.
El dirigente del movimiento antirracista KEERFA, Petros Konstantinou, afirmó a Efe que la mayoría de los indocumentados del centro, donde se calcula que hay entre 1.600 y 1.800 internos, secunda la huelga, iniciada el pasado lunes.
El objetivo de la protesta es que se abra una investigación sobre el fallecimiento el 6 de noviembre de Mohamed Asfak, un paquistaní de 26 años al que se negó reiteradamente tratamiento médico.
Según KEERFA y la comunidad paquistaní en Grecia, los problemas respiratorios de Asfak se los ocasionaron agentes de Policía durante un incidente en el centro de detención de Corinto.
Tras este altercado, el joven fue trasladado al centro de Amygdaleza donde durante meses pidió sin éxito atención médica, hasta que su estado empeoró y fue llevado al hospital, pero ya no se pudo hacer nada por su vida.
Los indocumentados piden también la clausura de los cinco centros de detención existentes en Grecia, pues, según organizaciones defensoras de los derechos humanos como Amnistía Internacional o el Consejo Griego para los Refugiados, los inmigrantes y refugiados viven allí en condiciones de hacinamiento, insalubridad, escasez de comida y ropa y en ocasiones soportan agresiones policiales.
«La policía ha amenazado a los detenidos para que interrumpan la huelga, pero, tras darse a conocer la protesta, ya no los amenazan», aseguró a Efe Javied Aslam, presidente de la comunidad paquistaní en Grecia.
Denunció que en Amygdaleza hay solo un médico que «para toda enfermedad tiene un único tratamiento, una aspirina», y que los traslados a los hospitales solo se producen «si la vida del enfermo corre serio peligro».
Una normativa aprobada por el Gobierno griego a principios de año permite prolongar el tiempo de detención de manera indefinida mientras el interno no firme un documento en el que se comprometa a salir del país voluntariamente.
De este modo, se eliminan los límites al periodo de detención, que la Unión Europea fija en un máximo de 18 meses, y se permite a las autoridades griegas retener a los inmigrantes indefinidamente.
Los internos «piden que se libere a los que ya han cumplido 18 meses de detención porque hay gente que permanece allí durante 25 y 30 meses sin ningún motivo», dijo Aslam.
Atribuyó los arrestos prolongados a «un acto de racismo y islamofobia, pues el 95% de los más de 5.000 detenidos de todos los centros es musulmán».
Alexandros Konstantinou, abogado del Consejo Griego para los Refugiados, explicó a Efe que el centro de Amygdaleza tiene capacidad para 2.000 adultos y 45 niños, aunque el espacio de que disponen «está muy por debajo de lo que dicta el Consejo de Europa, que exige un mínimo de 3 metros cuadrados por detenido, sin contar el espacio que ocupa la cama».
En este recinto las celdas son de 9 metros cuadrados, pero las comparten cuatro personas.
Grecia es una de las principales puertas de entrada de quienes quieren llegar a territorio europeo.
A principios de septiembre pasado, el ministro griego de Marina Mercante, Miltiadis Varvitsiotis, pidió el apoyo urgente de la Unión Europea para gestionar el flujo de indocumentados que llega por vía marítima al país porque los guardacostas estaban desbordados, especialmente por el aumento de llegadas de «sin papeles» en los meses de verano.
Además, los conflictos en Siria e Irak han disparado la entrada de refugiados en el país, cuyo número se incrementó en agosto pasado aproximadamente en un 400 % en comparación con el mismo mes de 2013, según datos provisionales de la Guardia Costera.