España, recurso de los dos grandes partidos griegos en la campaña electoral
Luis Alonso. Atenas, 23 ene (EFE).- Los dos grandes partidos griegos, el gubernamental conservador Nueva Democracia y el izquierdista Syriza, han buscado aliados en España durante una polarizada campaña electoral que finaliza hoy.
Si el primer ministro griego Andonis Samarás recibió la visita del jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, el pasado 14 de enero, ayer fue el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien se subió al estrado de la plaza Omonia para pedir el voto para Alexis Tsipras.
«Tanto Rajoy como Samarás forman parte del pasado, Alexis Tsipras forma parte del futuro», dijo Iglesias, que arengó en griego a los seguidores de Syriza.
«El cambio en Grecia se llama Syriza, en España se llama Podemos. La esperanza llega. Hasta la victoria Syriza-Podemos», afirmó.
El pasado día 14, Rajoy llegó a Atenas para decirle a Samarás que tenía «un gran respeto por su valentía, por sus logros». Lo calificó como «un verdadero amigo, un socio de fiar y un verdadero líder».
Aprovechó también para decir, en alusión a las propuestas de Podemos y Syriza, que «prometer cosas que son imposibles no tiene ningún sentido y genera además una enorme frustración».
Parece como si en Atenas se hubiera librado una primera escaramuza electoral en clave española, con la significativa ausencia socialista.
Apoyar a los socialistas en Grecia supone dar el respaldo a un partido como el PASOK, del actual ministro de Exteriores, Evangelos Venizelos, que, en caída libre, ya no tiene más de un 5 % de los votos.
¿Por qué tanto interés? Pablo Iglesias, que durante el mitin de ayer vinculó el futuro de griegos y españoles, reconoció a los periodistas que las situaciones de España y Grecia son «muy distintas», tanto «desde el punto de vista económico como político».
Y en eso coincide mucha más gente.
Evángelos Liaras, investigador griego del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, dijo a Efe que el auge de Syriza en Grecia y de Podemos en España es visto con recelo por las fuerzas políticas tradicionales, pero que ahí se acaban las similitudes.
«Grecia es un país pequeño. Además, el impacto de la crisis ha sido mucho más grave en Grecia que en España», afirmó.
Efectivamente, desde que comenzó la crisis la caída del Producto Interior Bruto (PIB) en Grecia ha sido de alrededor del 25 %, mientras que en España no llega al 7 %.
Además, sus economías son de un volumen muy diferente: España representa el 10 % del PIB de la UE y Grecia sólo el 2 %.
Pero si hay una diferencia fundamental es que Grecia es un país rescatado con 240.000 millones de euros e importantes obligaciones de carácter económico y social que le impone la troika de acreedores (Comisión Europea, BCE y FMI), mientras que la ayuda que recibió España fue para sanear su sistema bancario.
A grandes rasgos no hay mucho que comparar. Aunque tampoco hay que olvidar que existe alguna similitud: España y Grecia están a la cabeza en paro europeo y sus índices de pobreza son muy similares.
Según cifras de la oficina estadística de la UE (Eurostat), España ha destruido 3,8 millones de empleos entre 2007 y el tercer trimestre de 2014, y Grecia, por ser una economía de menor dimensión, 1,1 millones.
De acuerdo con Eurostat, en noviembre de 2014 el paro en España afectaba al 23,9 % de los trabajadores y en Grecia al 25,7 % (las últimas cifras aportadas por Grecia son de septiembre). Pero la tasa de paro de larga duración es mayor en Grecia.
Hasta el 2012, en Grecia nunca se habían alcanzado cifras de paro superiores al 20 %.
A juicio de varios expertos, la carga fiscal en Grecia ha tenido mucho más impacto en la renta de los ciudadanos, sobre todo el aumento del impuesto sobre la renta y el IVA. Y si a eso se une una mayor percepción del fraude y de la evasión, la desafección aumenta.
Según Irene Martín, profesora de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, en un país donde el fraude fiscal es tan elevado, «el impuesto de la renta se convierte en algo tremendamente injusto».
En su opinión, hay una debilidad patente del Estado griego en recaudación fiscal y «una diferencia enorme entre España y Grecia a la hora de recaudar».
Tanto es así que, a su juicio, una de las propuestas más importantes del líder de Syriza es la de la reforma del Estado, «de la que se habla bien poco».
El caso es que, con sus pocas similitudes y sus muchas diferencias, España ha estado en los pensamientos de Samarás y Tsipras en la campaña electoral.
Si como parece Tsipras gana las elecciones del próximo domingo en Grecia, faltaría por saber si eso va a producir el efecto contagio o si, como dijo Pablo Iglesias ayer, «nadie va a hacer los deberes de los griegos y nadie va a hacer los deberes de los españoles». EFE