Varufakis y Schauble no acuerdan ni su desacuerdo
Noelia López. Berlín, 5 feb (EFE).- El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, mostró hoy en Berlín su imagen menos relajada ante los medios de comunicación, sentado al lado de un Wolfgang Schäuble que, respetuoso, le dejó claro desde un primer momento que Alemania no va caminar por la senda que marque Atenas.
«We agree to disagree» (Estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo), dijo en el inglés usado por su interlocutor el titular de Finanzas germano, para mostrar las discrepancias entre los dos países y, aún así, su disposición a seguir escuchando y dialogando.
Según la versión de Varufakis, ni en eso hubo acuerdo, porque el objetivo no era alcanzarlo; ni pidió una quita para la deuda griega ni una renegociación de los plazos, sino que puso sobre la mesa la necesidad de dar a Grecia un «programa puente» que le permita respirar hasta mayo.
La decisión anunciada anoche por el Banco Central Europeo (BCE) de dejar de aceptar los bonos griegos como garantía en sus operaciones de refinanciación no alteró a primera hora de la mañana el rostro de Varufakis, quien salió sonriendo del coche que le llevó hasta el Ministerio de Finanzas alemán.
Frente al edificio, la bandera griega flanqueada por la alemana y la de la Unión Europea, y alrededor de cincuenta personas tras una pancarta que rezaba «La solidaridad no conoce fronteras» con la simbología del partido de La Izquierda y el sindicato IG Metall
La primera imagen de Varufakis y Wolfang Schäuble antes del encuentro la difundió el propio Ministerio de Finanzas alemán en su cuenta en Twitter.
Con traje oscuro, camisa azul y sin corbata el griego, y con atuendo clásico el alemán, la fotografía es casi simétrica: un sonriente Varufakis sentado junto a un sonriente Schäuble, en silla de ruedas desde que en 1991 un perturbado le disparara dos tiros en un mitin.
Tras un inusual retraso, para los usos alemanes, de 45 minutos sobre la hora prevista, ambos ministros llegaron a la sala de prensa del Ministerio, donde aguardaban decenas de periodistas alemanes y de corresponsales extranjeros expectantes ante el primer encuentro de un miembro del gobierno de Alexis Tsipras con un responsable del gabinete de Angela Merkel.
Fue una rueda de prensa tensa, pero respetuosa, en la que primaron la diplomacia y las buenas maneras, pero Varufakis, que leyó buena parte de su intervención inicial, no se prodigó esta vez en sonrisas, mientras Schäuble explicaba que hacer promesas electorales a costa de terceros no es realista y recordaba a Atenas que debe seguir negociando con las instituciones de la troika.
Tras esta cita, la siguiente parada de Varufakis en Berlín fue el Ministerio de Economía, encabezado por el líder del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), Sigmar Gabriel.
Aunque el tono fue quizá más conciliador -es comprensible el rechazo de los ciudadanos griegos ante las difíciles reformas a las que se han visto abogados, dijo el ministro alemán-, Gabriel dejó claro que el gobierno de gran coalición de Angela Merkel habla con una sola voz.
«La culpa no está en la troika ni en la UE, sino en los gobiernos griegos anteriores, algunos presididos por conservadores y otros lamentablemente por socialdemócratas, que convirtieron el estado griego en un botín», manifestó. EFE