Semana de la moda
Dije la semana pasada que intentaría no hablar de política. Así que ya que en el mundo se han celebrado los más importantes eventos relacionados con el mundo de la moda, demos un repaso a las tendencias para la temporada primavera-verano.
En la propuesta de Europa del sur hemos podido ver tanto aires primaverales, con colores vivos, profusión de azules eléctricos y verdes esperanza, camisas por fuera y ejecutivos prescindiendo de la corbata, como estilos mucho más adustos y conservadores siguiendo la corriente que viene del sur oeste, que, aún con algunos artistas intentado dar una nota de color y desenfado, parece que se mantiene en los colores sobrios, trajes de corte clásico y hechuras entre “vintage” y decadente.
De Italia llega esa mezcla, marca de la casa, de aire fresco, tejidos suaves, colores moderadamente atrevidos, ofreciendo diseño y simpatía sin demasiados alardes y en el fondo manteniendo los patrones tradicionales.
Francia sorprendió creando expectativas de renovación en sus colecciones, apuntando a nuevos materiales y nuevos cortes, aunque terminando los desfiles con una influencia poco disimulada de aires más marciales, que vuelven a situar a la cuna de la moda en el mismo punto que se lleva encontrando desde anteriores ediciones.
Desde las islas británicas proponen el estilo “dandy” inamovible, de corte impecable e imperialista, no dejándose sorprender por corrientes más innovadoras y aperturistas y manteniéndose en un “sí es no es” un tanto impasible, con un firme patronaje y seria puesta en escena.
Alemania vuelve a decantarse por los tonos oscuros y grises tormenta, desechando de sus colecciones toda innovación y recordando con cada nueva entrada de los modelos bajo los focos, su intención de seguir marcando el paso de la moda en el viejo continente.
La alternativa que viene del otro lado de los Balcanes llega repleta de líneas duras, pero coloridas y se presenta, sorprendentemente, como una opción fuera de los cánones más conocidos. Aparece como una tendencia que invita, por lo ignoto de sus lujos, a la par que asusta por sus reminiscencias soviéticas.
Echando un vistazo a lo recogido en algunos eventos celebrados al otro lado del Atlántico, hemos podido ver aires más folclóricos, más adecuados a la climatología, con un claro componente deportivo y toques de traje regional, como invitando a sus antiguos colonizadores a que se atrevan a adentrarse en el camino de la “desuniformización” y el jolgorio.
No ha quedado claro, después de las últimos “Fashion shows”, cuál de los estilos triunfará una vez que se apaguen las luces sobre las pasarelas y haya que ponerse a materializar las colecciones presentadas.
Hemos asistido al despliegue de la Alta costura. Nosotros lo que queremos ver es el “prêt-à-porter” que es lo que, en el mejor de los casos, podremos permitirnos.
Lola Larreina para AtenasDigital.com