Tabernoterapia
Estoy mejor, gracias. Si es que todos los años me pasa lo mismo. Pero ha sido mantenerse el sol, hacer dos “vuelta y vuelta” en el jardín, coger un poco de color, y ya está, lista para tirar hasta el otoño. Alejándose las palideces, y llegando las cañitas y los gin-tonic, el mundo vuelve a ser de color de rosa (o del color que tú quieras, que yo tampoco soy muy de cursilerías).
Es que nos ahogamos en un vaso de agua. Ejemplo: Comida de Inmortales, o como lo llamamos nosotras “tabernoterapia”. Hoy con motivo especial: la visita de Olga, ex-expatriada ateniense y ahora expatriada en Varsovia (por cierto, ¿como se llama a los habitantes de Varsovia? ¿Varsovianos, Varsovienses?). Otra del grupo ha llegado cuando habíamos empezado a comer, con un ramo de flores para la amiga visitante, y toda agobiada porque creía que no llegaba a tiempo. Siéntate mujer y respira, le hemos recomendado viéndola tan azarada. Si es que no he parado desde las ocho de la mañana, nos ha contado. Primero pilates, luego masaje, me he duchado y he salido corriendo a la peluquería, y allí, como no hacen más que cotorrear, he estado casi dos horas, porque también tenía que hacerme pedicura y manicura, y además quería pasar a por las flores antes de venir, así, que casi no llego, ¡qué estrés!. Y claro, nos ha dado la risa. Incluida a ella. Porque ya te he contado en otras ocasiones que en nuestro grupo hay una mayoría de mujeres que hasta ayer, como quien dice, eran (éramos) profesionales con horarios no aptos para conciliación familiar.
De hecho nos hemos pasado un buen rato hablando de cómo nos las arreglábamos en nuestras vidas anteriores (anteriores a la expatriación, no es que nos hayamos vuelto budistas) y en general hemos llegado a la conclusión de que nos cundía más el tiempo cuando teníamos menos, porque nos organizábamos mejor. Y también hemos llegado a la conclusión de que hay que ver qué rápido se acostumbra el cuerpo a lo bueno, hasta el punto de considerar estresante la mañana de nuestra amiga.
Pero nos vamos a tener que ir haciendo a la idea de que este oasis de estreses absurdos puede terminar en cualquier momento. Algunas ya empiezan a recibir mensajes subliminales de sus maridos, tipo “no te apuntes a otro tratamiento facial que estás muy guapa, y lo mismo no te da tiempo a terminarlo” o “sí cariño, esas sandalias de plataforma vertiginosa y strass, quedan muy bien en cualquier evento de Kifisiá, pero me parece a mí que en Moratalaz van a a ser un poco cantosas”.
Nosotras, que estamos muy bien informadas gracias a nuestro periódico, no terminamos de tener claro si lo están utilizando como “medida de comedimiento” o tienen datos fiables, porque, dejando de un lado la mayoría de la prensa internacional que a veces tiene más similitudes con la propaganda de época de guerra que con información objetiva, una no sabe ya que creerse.
Aparte del “deshoje de margarita” que presenciamos cada vez que Grecia se acerca a uno de los vencimientos de los pagos a Europa (¿pagará? ¿no pagará?, bueno vale, éste lo ha pagado, pero ¿el próximo?, y vuelta a empezar) también tenemos las opiniones de cada uno de los ministros que participan en las negociaciones del Eurogrupo. El francés dice: “habrá acuerdo, pero no el lunes”. El griego dice: “prácticamente seguro que va a haber acuerdo, esperemos que en pocos días”. El artista antes conocido como “Troika”: Parece que se va progresando. Y el alemán: “Ni de coña va a haber acuerdo a corto plazo”. Todo esto son mis palabras, como te podrás imaginar, pero más o menos es lo que hay. Vamos, que no hay quien se aclare. Y esto leyendo atenasdigital.com que ya sabes tú que es super independiente y super fiable. Y estando en un país en el que un 70% de los ciudadanos siguen apoyando que su gobierno siga en sus trece y no permitan que le traspasen sus “líneas rojas”.
Total, que, en nuestra tabernoterapia de hoy hemos pensado que lo que tendrían que hacer los del Eurogupo es venirse a decidir sobre Grecia, a Grecia. Porque no está bonito que no hagan más que quejarse de que los griegos hayan vivido por encima de sus posibilidades y se hayan gastado todo el dinero y les hagan pagar tanto billete de avión para ir de aquí a allá a tanta reunión. Que ya que todos ellos se llenan tanto la boca diciendo que han salido de la crisis, que sean un poco solidarios y hagan ellos la visita. Una vez aquí, proponemos que se apunten a una de las visitas guiadas que los chicos que venden el “Shedia” (el periódico de la calle griego www.shedia.gr) hacen por la Atenas oculta y no expuesta a los turistas (más información en la sección de cultura) . Que vean cómo está el patio in situ. Y que si se portan bien, igual les invitamos a un pescado al borde del mar e incluso les permitimos que se den un baño en una playa de aguas turquesas, antes de que tengan que volver a sus frías primaveras.
Para mí que tendrían mejor talante para llegar a un acuerdo que, por muy bordes que se pongan, saben que les interesa tanto a ellos como a los griegos.
Hola princesa, esta vez no soy O., soy Olga si, esa del grupo de inmortales que el destino hizo que formemos parte de un grupo con identidad propia, la nuestra, la que solo entendemos nosotras.
Viva la tabernoterapia, la diversidad cultural,y viva tu……nuestra reinona Lola.
Por cierto, creo que se llaman varsovianos pero tendré que mirarlo.