Tsipras acusa a los acreedores internacionales de «chantajes» y «ultimátums»
Bruselas, 26 jun (EFE).- El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, acusó hoy a sus acreedores de no hacer honor a los principios de fundacionales de la Unión Europea (UE) y de actuar contrariamente a ellos, bajo los principios de «chantaje» y los «ultimátums».
«La UE se fundó sobre los principios de solidaridad, democracia, calidad y respeto mutuo, no en el chantaje y los ultimátums», señaló Tsipras en una breve declaración a los periodistas tras la segunda y última jornada de cumbre europea.
El primer ministro griego señaló que, «especialmente en estos momentos cruciales, nadie debe poner en peligro esos principios».
El mandatario griego dijo que el Gobierno de Atenas «continuará su lucha por esos principios y lo hará para dar la cara así por el pueblo griego y el pueblo de la UE».
Tsipras subrayó así la distancia que todavía le separa para aceptar las propuestas de las instituciones.
Los acreedores propusieron hoy a Grecia una extensión de cinco meses del segundo programa de asistencia financiera, con lo que aseguran que el país pueda hacer frente a sus obligaciones financieras con el FMI y el BCE hasta noviembre, según indicaron hoy fuentes europeas.
Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro se reúnen mañana por quinta vez en diez días para buscar una salida a la crisis griega.
En caso de que se logre mañana un acuerdo en el Eurogrupo, Grecia podría contar con unos de 12.000 millones de euros, procedentes de 1.800 millones de euros del fondo de rescate de la eurozona, otros 1.800 millones de los beneficios de los bonos griegos y unos 8.700 millones de euros de la reserva de la eurozona para la recapitalización de la banca griega.
A esto habría que sumar unos 3.500 millones de euros que se asume que desembolsaría el Fondo Monetario Internacional.
Los países de la eurozona negocian contrarreloj una salida a la crisis helena ya que el 30 de junio expira la ampliación del segundo rescate a ese país y ese día Atenas tiene que pagar 1.600 millones de euros al FMI para evitar incurrir de facto en impago. EFE