Meimarakis, seguro de su victoria, apuesta por un Gobierno de amplio consenso
Yannis Chryssoverghis. Atenas, 17 sep (EFE).- El líder conservador, Vangelis Meimarakis, está convencido de su victoria en las elecciones anticipadas de este domingo y asegura que el próximo lunes formará un «Gobierno de todos los griegos» para sacar al país de la crisis.
«Nos dirigiremos a todas las fuerzas proeuropeas de Grecia para ponernos de acuerdo sobre un programa nacional para el país y debatiremos con todas las fuerzas democráticas la formación de Gobierno», destaca Meimarakis en una entrevista con Efe realizada mediante cuestionario.
Para el líder de Nueva Democracia es necesaria la participación del izquierdista Syriza y de su líder, Alexis Tsipras, en el Gobierno de unidad nacional que formará tras las elecciones.
«Negociaron (el tercer rescate) y conocen mejor que nosotros los compromisos que asumieron», subraya.
Meimarakis recalca que la entrada de los izquierdistas en un futuro Gobierno no depende de si Nueva Democracia gana «con un voto o con una diferencia de diez puntos porcentuales», sino que persigue lograr la estabilidad política.
«Para mi la prioridad es garantizar la estabilidad política del país y promover sin retrasos los cambios y las reformas que nos harán salir lo antes posible de la crisis con un programa común», apunta.
Para Meimarakis, no se pone en duda la aplicación del tercer rescate, que contó con el apoyo de su partido en el Parlamento, mientras decenas de diputados de Syriza votaron en contra.
«Por encima de todo, en Nueva Democracia ponemos la ambición europea del país y de los ciudadanos griegos», recalca el político conservador.
Su plan es aplicar al pie de la letra las reformas acordadas con los acreedores e insistir en las políticas que posibiliten el crecimiento.
«Nuestra experiencia ha demostrado que si alguien debate con los socios propuestas alternativas y medidas equivalentes serias, algunas medidas son negociables», destaca Meimarakis.
El presidente de Nueva Democracia atribuye la derrota de su partido en las elecciones del pasado 25 de enero a «las promesas mentirosas de Alexis Tsipras» que creyeron los ciudadanos.
Meimarakis, que ascendió a la presidencia del partido tras la derrota de Nueva Democracia en el referéndum del 5 de julio, es muy crítico con el Gobierno de Syriza.
«Los experimentos peligrosos de los últimos siete meses fracasaron por completo, empujaron al país a una crisis aún más profunda. Tuvieron un coste muy elevado. Nunca hubo un daño tan grande en un periodo tan corto», asevera.
Las tensas negociaciones de los últimos meses entre el Gobierno de Tsipras y las instituciones han quebrado la confianza de Bruselas hacia las autoridades helenas, un gesto que, según el líder conservador, se puede restablecer mediante «estabilidad política y el consenso entre los partidos».
«De esta forma se restablecerá la confianza y se mandará el mensaje de que el nuevo Gobierno tiene la voluntad política de aplicar el marco que ya se ha acordado», sostiene Meimarakis.
El líder conservador considera que las elecciones tendrán un impacto en los comicios que España celebrará a finales de año, pues «serán un ejemplo para los ciudadanos españoles de que los que hacen promesas irresponsables no son mejores que los que gobiernan con responsabilidad».
En este sentido, recalca que cuando un país está en crisis «es posible que el Gobierno se vea obligado a (aplicar) políticas de austeridad y reformas dolorosas, pero la destrucción de la economía real está probado que es peor que la austeridad».
Un desastre que a su juicio «puede ocurrir instantáneamente si llegan al poder voces extremistas y populistas que prometen todo a todos», en alusión a la victoria de Syriza en las pasadas elecciones.
Meimarakis, de 61 años, fue uno de los primeros militantes de las juventudes de Nueva Democracia en 1974, tras la caída de la Junta de los Coroneles, la dictadura que gobernó Grecia durante siete años.
Durante su larga trayectoria en el partido, Meimarakis ha experimentado una profunda conversión, que lo ha llevado de ser un exponente del ala más conservadora hasta el político moderado que es hoy. EFE