Organizaciones griegas temen futuro de personas que no puedan obtener asilo
Remei Calabuig. Atenas, 25 sep (EFE).- Los resultados de la cumbre extraordinaria de Bruselas han caído como un jarro de agua fría entre las organizaciones humanitarias de Grecia, que esperaban medidas más concretas y temen que este país acabe cargando con los migrantes que no tengan derecho a asilo político.
Las conclusiones de la cumbre son para Nikitas Kanakis, presidente de la sección griega de Médicos del Mundo, «un primer paso, pero insuficiente».
«Hay que aclarar aún muchas cosas y hay que separar la seguridad de las fronteras y la lucha contra el tráfico humano del deber de ofrecer ayuda humanitaria a los refugiados que llegan», afirma en declaraciones a Efe.
Los líderes de la Unión Europea (UE) acordaron que Grecia, Italia y Malta, las principales puertas de entrada a la Unión Europea (UE), tengan preparados para noviembre próximo los centros de registro o «puntos calientes» para implementar la identificación de los llegados y diferenciar a los potenciales demandantes de asilo de los migrantes económicos.
Estaba previsto que Grecia instalase este recinto en el puerto del Pireo para identificar a los que llegan a diario procedentes de las islas del Egeo.
Kanakis considera que este procedimiento va a crear «un problema enorme porque solo tienen en cuenta a los sirios, ¿qué va a pasar con lo demás?».
Considera que la decisión de los ministros europeos del Interior, que este lunes acordaron recolocar a 120.000 refugiados, es una medida insuficiente y cuestionó la manera de decidir sobre los criterios de distribución.
«Los países del norte de Europa recibirán a los más formados y los demás, ¿qué van a hacer?», se pregunta Nikitas, que reconoció tener «miedo» de que tal medida «pueda crear en Grecia un problema permanente».
Tzanetos Antypas, presidente de Praksis, una organización griega que presta ayuda social y médica a los recién llegados, coincide en que este sistema «va a agravar la situación».
«El norte de Europa utilizará a Grecia, Italia y Malta como lugares de selección y no tendrán en cuenta a los que no sean ‘seleccionados'», destacó.
Los que no entren dentro de esta «selección» no podrán continuar la ruta hacia el centro y el norte de Europa, sino que se quedarán estancados a la espera de que los gobiernos de los países del sur decidan sobre su futuro.
En la cumbre extraordinaria de este miércoles en Bruselas, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho hablaron de aplicar políticas comunes para el control de fronteras, una competencia que hasta ahora pertenecía a cada Estado miembro.
Acordaron además destinar 1.000 millones de euros para ayudar a los refugiados a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ACNUR y otros 1.700 millones para Turquía, Líbano, Jordania y otros países en la región a cambio de reforzar la cooperación.
Para Kanakis esta medida puede ser «un paso positivo» porque en los campamentos de refugiados de estos países «no hay comida», pero no ve que sea suficiente para «ralentizar» la llegada de refugiados.
Antypas, el representante de Praksis, opina que existen «muchas incógnitas» sobre el desembolso de los fondos, sobre todo, el hecho de que no se haya comunicado para cuánto tiempo servirán.
Para combatir con eficacia el tráfico humano, Antypas afirmó que sería necesario que la UE tramitara las peticiones de asilo ya en Turquía para que los refugiados puedan trasladarse directamente a los países de destino sin tener que correr el riesgo de atravesar el mar Egeo ni recorrer a pie cientos de kilómetros.
«Las imágenes de las personas con sus niños en hombros marchando sobre la lluvia constituyen un insulto a la civilización europea», recalcó Antypas.
Amnistía Internacional (AI) también ve con recelo las nuevas medidas.
«Lo que necesitábamos era un nuevo enfoque audaz y ambicioso. Pero lo que nos han propuesto ha sido la continuación de una estrategia fallida», aseguró el director de AI para Europa, John Dalhuisen, en un comunicado.
Para esta organización los fondos acordados son una decisión «positiva», pero «más allá de eso, los compromisos decepcionan».
«Los líderes de la UE deberían haber acordado cómo garantizar rutas seguras y legales para los refugiados en Europa y cómo corregir el deficiente sistema de asilo en Europa», apuntó.
A diario llegan a la isla helena de Lesbos más de un millar de personas, arriesgando sus vidas para entrar en territorio europeo.
Tan solo hoy arribaron 1.200 refugiados a las playas de Lesbos y el miércoles lo hicieron otros 2.400. EFE