Grecia amenazada de una crisis humana por el aumento de refugiados atrapados
Oscar Valero. Atenas, 1 mar (EFE).- Unos 30.000 refugiados y migrantes están atrapados en estos momentos en Grecia, y mientras que la frontera con Macedonia está herméticamente cerrada tras los incidentes registrados ayer, la ONU teme el estallido de una crisis humana en un país ya duramente golpeado por la recesión económica.
Desde la fronteriza Idomeni, Keti Kejayoglu, de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), indicó a Efe que en este campamento a las puertas de Macedonia se agolpan unas 8.000 personas, a las que se suman otras 3.000 en dos centros improvisados en las inmediaciones.
Tras los enfrentamientos registrados ayer cuando la policía macedonia repelió con gases lacrimógenos a varios centenares de refugiados que se lanzaron contra la valla exigiendo la apertura de fronteras, la situación es hoy de relativa calma.
Las autoridades del país vecino mantienen cerrado el paso fronterizo e inmovilizado el tráfico ferroviario, por temor a que la apertura de la verja a los trenes pueda provocar una nueva embestida.
Según señalaron los medios locales presentes en el lugar, la avalancha de ayer se produjo tras correr el rumor de que la frontera había abierto.
Del lado griego esperan cuatro trenes y del macedonio otros seis en espera de que la frontera reabra en algún momento.
En Atenas, los cuatro centros de acogida que se han habilitado entretanto están repletos como también el puerto del Pireo, donde esta mañana había unas 3.400 personas, a las que se sumará previsiblemente otro millar a lo largo del día, pues se espera la llegada de un nuevo transbordador desde las islas.
Según Kejayoglu, las organizaciones de ayuda apenas dan abasto para hacer frente a esta nueva escalada de la crisis de refugiados y según señaló la citada portavoz de ACNUR, uno de los problemas más acuciantes en el Pireo que no hay suficientes alimentos para satisfacer las necesidades.
Centenares de inmigrantes se agolpan también en la plaza Victoria, en el centro de Atenas, esperando su oportunidad para continuar su camino hacia el norte de Europa.
El cierre de la frontera es la principal preocupación de Rehan, pakistaní de 23 años, que salió de su país solo, dejando a su familia atrás. Atravesó Irán y Turquía para llegar finalmente a Grecia, donde no quiere quedarse. Su objetivo es llegar a Alemania, donde tiene amigos y a su hermana: «Abandoné Pakistán porque no estaba seguro, aunque tenía un buen trabajo. Lo dejé todo para ponerme a salvo» de los ataques con bomba que se dan en su región.
Rehan asegura que no ha tratado de cruzar todavía la frontera, aunque lo hará pronto: «en una semana o dos, lo intentaré una y otra vez hasta que lo consiga» añade.
Algunos migrantes en Victoria acomodan cajas de cartón y mantas en forma de cama improvisada mientras otros simplemente esperan, al sol, a que llegue alguno de los muchos griegos que se acercan a repartir comida.
Theófilos es uno de los griegos que llegan a ayudar. Aunque vive muy lejos de esta céntrica plaza, este hombre de mediana edad no duda en acudir a menudo a repartir víveres por iniciativa propia: «Hay muchos niños aquí y mucha necesidades. Lo único que se puede hacer en estos momentos es ayudar, cada uno con lo que pueda; en cualquier caso, Europa debe contribuir económicamente… y por supuesto las fronteras deben abrir», explica.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, en una entrevista a la cadena privada Star este lunes, dijo temer que la crisis sobrepase «la capacidad de reacción de Grecia» y aseguró que los problemas internos de la Unión Europea (UE) impiden llegar a una solución.
Sobre la gravedad de la situación de los migrantes en Grecia se pronunció hoy también la ONU, que advirtió que el país heleno va a sufrir de forma «inminente» una crisis humana debido al alto número de refugiados que llegan al país sin poder continuar su ruta hacia el centro y norte de Europa.
Sólo en los primeros dos meses de este año, 122.000 refugiados y migrantes han entrado en Grecia, frente a los 129.000 que llegaron en los primeros seis meses de 2015, precisó el coordinador para la crisis de refugiados de la ACNUR, Vincent Cochetel.
En las islas del Egeo la situación está bajo control, con unas 6.000 personas ya registradas o en espera de hacerlo en las próximas horas, según indicó a Efe un portavoz del ministerio de Migración.
El Gobierno griego ha apelado a todas las autoridades municipales a habilitar centros de acogida provisionales para hacer frente a esta situación de emergencia, que en las próximas semanas previsiblemente se agravará.
El ministro de Migración griego, Yannis Muzalas, calcula que en las próximas semanas el número de migrantes y refugiados pueda alcanzar los 70.000. EFE