HRW señala a Austria como responsable de caos en frontera Grecia y Macedonia
Bruselas, 1 mar (EFE).- El caos y la violencia que se dan actualmente en la frontera entre Grecia y Macedonia son el «resultado directo» del «tapón unilateral» impuesto por Austria a los solicitantes de asilo y de los cierres «discriminatorios» de fronteras, criticó hoy Human Rights Watch (HRW).
La organización señaló en un comunicado que la Comisión Europea (CE) ya ha condenado el «tapón» austríaco y pidió a Austria, Eslovenia, Croacia y Macedonia que pongan fin «rápidamente» a sus políticas.
«Impedir a alguien presentar una solicitud de asilo basándose en su nacionalidad es una violación del Derecho internacional», señaló HRW.
Además, recordó que los cierres de fronteras han provocado que «miles de refugiados e inmigrantes estén atrapados en Grecia», donde se enfrentan «a una crisis humanitaria cada vez más profunda».
«Atrapar a los solicitantes de asilo en Grecia no es una solución», dijo la especialista en Grecia de HRW, Eva Cossé, que describió a esta medida como «desmesurada y miope».
La situación en la frontera entre Grecia y Macedonia «demuestra una vez más el fracaso de la UE para responder de forma colectiva y con compasión a las llegadas de refugiados», según la representante de la organización.
Por otra parte, HRW recordó que unas 7.000 personas se encuentran en el campo de acogida de Idomeni (en el lado griego de la frontera), un centro diseñado para 2.500 personas, lo cual conlleva que mucha gente viva «en condiciones precarias», con poca comida o refugio.
El caos que se vive en la frontera entre Grecia y Macedonia, con más de 8.000 migrantes y refugiados atrapados, adquirió el lunes un cariz dramático cuando una multitud intentó romper la valla que separa ambos países y la policía respondió lanzando gases lacrimógenos.
La tensión surgió cuando un grupo de migrantes y refugiados se lanzó contra la valla de alambre debido al cierre de la frontera y empezó a lanzar piedras contra las patrullas fronterizas macedonias, que lograron dispersar a la multitud, entre la que había numerosos niños, recurriendo a gases lacrimógenos y bombas aturdidoras.
Human Rights Watch afirmó que no ha podido determinar si el uso de la fuerza por la policía estaba justificado, pero recordó que ya documentó casos anteriores de violencia policial excesiva perpetrada por agentes macedonios en la frontera con Grecia, incluyendo el uso excesivo de granadas de gas lacrimógeno y paralizantes.
«La policía no debería utilizar la fuerza salvo que sea estrictamente necesario, y debe actuar con moderación cuando el uso legal de la fuerza sea inevitable», puntualizó la organización en el comunicado. EFE