Grupo anarquista griego retiene varias horas a un alcalde en su ayuntamiento
Atenas, 14 abr (EFE).- El alcalde de la ciudad griega de Ioánina, en el norte del país, permaneció hoy varias horas retenido en su ayuntamiento por un grupo de anarquistas que exigían la puesta en libertad de los 27 refugiados y voluntarios que fueron detenidos a mediodía por la policía en la autopista Egnatía.
La ocupación del ayuntamiento terminó cuando los 27 detenidos, entre quienes estaban dos españolas, según confirmó a Efe una portavoz de la policía local, fueron puestos en libertad sin cargos, hacia las 18.30 hora local (15.30 GMT).
Un grupo de refugiados y voluntarios había cortado desde ayer por la mañana la autopista Egnatía, que une el mar Jónico con la frontera greco-turca, para protestar contra las malas condiciones de alojamiento en el centro de acogida Katsiká, cercano a Ioánina.
Las dos españolas son activistas de una de las organizaciones no gubernamentales activas en el centro de acogida.
En el día de hoy y tras varias horas de negociaciones infructuosas, con mediación del alcalde de Ioánina, para que desalojaran la carretera, las fuerzas antidisturbios de la policía expulsaron a los ocupantes.
Poco después, un grupo de anarquistas -de entre 50 y 150 personas, según dijo a Efe una periodista local- ocupó el edificio del ayuntamiento de la ciudad de Ioánina y exigió la puesta en libertad inmediata de los 27 detenidos.
Además del alcalde, en el ayuntamiento quedaron retenidos el presidente del consejo municipal y el secretario general del municipio.
En el centro de Katsiká un grupo de refugiados inició asimismo una protesta a la entrada del mismo para pedir la puesta en libertad de los detenidos, y algunos lanzaron piedras contra cinco soldados que permanecían en el centro -se trata de una instalación militar prácticamente no utilizada- y les obligaron a abandonarlo.
Junto con ellos dejaron el centro, según los medios locales, los voluntarios de la Cruz Roja griega.
El de Katsiká es el único de los centros de alojamiento abiertos donde hay protestas diarias de los refugiados por las malas condiciones de alojamiento, una consideración que comparten los medios locales. EFE