Ministerio Educación griego contrata 4.400 maestros para sustituir jubilados
Atenas, 6 sep (EFE).- El ministerio de Educación griego dio hoy la luz verde, cuando falta menos de una semana para el inicio del año escolar, a la contratación temporal de 4.400 maestros de educación primaria, que cubrirán posiciones vacantes debido principalmente a jubilaciones.
Para el ministro de Educación, Nikos Filis, iniciar el curso sin los problemas habituales de escuelas rurales cerradas por falta de maestros o por la falta de libros escolares -en Grecia se distribuyen gratuitamente- se ha convertido en el mayor reto de los «últimos 30 años».
Cada año la vuelta al colegio está marcada por la falta de miles de puestos de maestros y profesores y frecuentemente la contratación de sustitutos se prolonga incluso hasta el mes de diciembre.
El año pasado 272 escuelas primarias de regiones remotas del país tardaron varios días en iniciar sus cursos por falta de maestros.
La falta de maestros en la enseñanza primaria y secundaria son una enfermedad crónica del sistema educativo griego, que se agravó desde el estallido de la crisis económica en 2009, y según los sindicatos del sector, alcanzan los 25.000 puestos.
Desde entonces se jubilaron miles de docentes, pero no se produjo ni una sola contratación para un puesto fijo.
El ministerio de Educación intenta cada año gestionar el problema al contratar maestros suplentes, con contratos de ocho meses, sin ninguna garantía de ser renovados.
Pese a que Filis se congratuló por haber fichado a tiempo a todos los maestros suplentes necesarios, con uso de los fondos europeos de cohesión, los sindicatos de maestros no se dan por satisfechos, por tratarse nuevamente solo de contratos temporales.
En protesta contra la precarización creciente de su profesión, la Federación de Maestros de Escuela Primaria (DOE) ha convocado una huelga de 24 horas para el 15 de septiembre.
Entretanto Filis ha abierto un nuevo frente, esta vez con la todopoderosa iglesia ortodoxa.
Su intención de abolir la catequesis de las clases de religión con el fin de dar a la enseñanza de la fe un carácter más teórico y abierto a otras confesiones ha sido considerado como una declaración de guerra por el ala más radical de los obispos.
Intentos similares por otros ministros de Educación en el pasado fracasaron ante la reacción de la iglesia griega. EFE