Nuevas etapas
Hay que ver cómo está el patio. Ya es que una pierde la fe en el amor. Desde que me he enterado de que Brad Pitt y Angelina se separan, estoy que no levanto cabeza. Porque estarás de acuerdo conmigo en que lo mismo da que llevemos casi un año sin gobierno en España, ni que aquí en Grecia sigan viviendo miles de refugiados en condiciones precarias, y con incendios de campamentos de por medio, o que el país más poderoso del mundo pueda elegir un presidente xenófobo y radical. Lo importante es lo del divorcio de “Brangelina”, of course.
Si me hubiera pillado con unos años menos, igual hasta me haría ilusiones. Nunca sabes qué vueltas da la vida, y oye, con lo de moda que está entre los famosos lo de venirse de vacaciones a las islas griegas, quien te dice a tí que no hubiera podido yo encontrarme con Brad en una playa y que se hubiera quedado prendado de mis hechuras.(XL, vale, pero bien puestas).
Y es que como dice la canción: “Cuando el amor, llega así de esa manera, uno no tiene la culpa…” Mira si no la jefa (y espero que no me despida por airear sus historias): se pasa la juventud de un trabajo a otro, de un país a otro, dejándose llevar por la corriente de la vida, y cuando vuelve a Madrid después de unos años y se dice: “Ahora ya me quedo aquí tranquilita y empiezo a llevar una vida formal”, encuentra un buen trabajo en una multinacional y ¡zas! aparece un griego que le roba el corazón y, de tranquilita, nada. A vivir a Grecia.
Te he contado en numerosas ocasiones las aventuras y desventuras de una expatriada. Pero en el fondo, sabes que vienes para un tiempo más o menos concreto. Vienes con tu familia “mononacional” y normalmente las empresas se cuidan de facilitarte la transición a tu nueva vida. Pero ¿y si te vienes sin billete de vuelta? ¿y si vas viendo como tus hijos se van haciendo cada vez más a la vida en su “otro” país? ¿cómo te sientes cuando te vas dando cuenta de que tu pasado, tus tradiciones, tus canciones infantiles, tus refranes, son parte de tu vida, pero no de la de tus hijos?.
He conocido aquí a muchas parejas en las que la mujer es extranjera y el marido griego. Vamos, el 80% de nuestro grupo de “inmortales” es así. Parece que los griegos (hombres), tienen esa tendencia. Se van fuera a estudiar o a trabajar, se enamoran de lo distinto, de lo que no tienen aquí, pero vuelven. Siempre vuelven. Y se traen a la parienta.
¿Y entonces qué?, porque yo como expatriada me puedo apuntar a unas clases de griego por aquello de aprender a chapurrear cuatro frases para que me entienda la peluquera, por ejemplo. Pero si no aprendo más, tampoco pasa nada. En unos años (o meses, o días, nunca se sabe) me habré marchado de aquí a quién sabe dónde y el griego será una anécdota en mi vida.
Pero si vienes para quedarte, y toda tu vida anterior has sido una trabajadora, con poco interés en las labores del hogar y de las que se te cae la casa encima, algo tienes que hacer.
Yo he visto muchas modalidades de adaptación (o de no adaptación). Las hay que se reconvierten en amas de casa amantísimas, encerradas en su torre de marfil, volcadas en sus niños y en la vida social que, de vez en cuando, les proporcionan sus embajadas. Y suspiran cada vez que oyen el nombre de su país. E incluso lloran.
Las hay que se mimetizan con su nueva familia griega. Aprenden bien el idioma, porque es el que hablan en casa desde que han llegado aquí, y consiguen a duras penas que sus hijos sigan hablando español con ellas y no se olviden de sus raíces (o no lo consiguen, y en algunos casos, ni lo intentan).
Y luego las hay que dicen: “Ni pa tí, ni pa mí”. Yo me vengo a vivir a Grecia pero me quedo con lo mejor de los dos mundos: me encuentro un montón de amigas que hablan como yo, los niños tienen amigos que hablan como yo y me muero por las islas griegas pero que no me quiten una navidad en mi casa. Y este es el caso, por ejemplo, de la jefa, que se dijo: ¿Que me va a resultar difícil encontrar un trabajo con el nivel de griego que tengo?: pues me invento un trabajo en español. Y nace AtenasDigital. com. ¿Que me preocupa que mis niñas puedan perder sus raíces y se me vayan al “otro lado”?: Pues me monto un centro cultural del español.
Y eso es en lo que está ahora. Que ya te creías que se me había olvidado otra vez hablarte del nuevo proyecto ¿eh?. Pues no. Eso es lo que quería contarte. A la jefa se le ha metido entre ceja y ceja abrir un centro, aquí en el barrio, que sirva de punto de encuentro para todo aquel que esté interesando en la cultura alrededor del español: para aprenderlo, para conocer a sus artistas, a sus escritores, para aprender sus bailes, su cocina… vamos, todo lo que se pueda hacer en español.
La cosa está todavía en pañales, pero te iré contando como evoluciona.
A mí, desde luego, me encanta la idea, y pienso involucrarme en ella todo lo que me permita la jefa… Y ahora que lo pienso: ¿tú crees que a Brad Pitt le interesaría aprender español…?
Lola Larreina para AtenasDigital.com
Se aceptan voluntarios?? Me gustaría ayudar en el centro!! Suerteee!!! Buen día!!
Hola Jrisa, gracias por tu comentario. Te mantendremos informada! Saludos.